17.2.12

* Blasa, portera de su casa *



La lectura de Pulgarcito, Apolino Tarúguez, Facundo da la vuelta al mundo, Rue Percebe, Los casos del inspector Ojal, Zipi y Zape, Pepe Gotera y Otilio y muchos más.
Aquellos famosos Tebeos que nos acompañaron en nuestra niñez,  reflejaban muy acertadamente ciertos perfiles de ciudadanos de a pié, no tan distintos a la de ahora. Los leíamos con agrado y siempre había alguien que respondía a estas características tan peculiares.
Blasa, portera de su casa era la voraz chismosa, que aireaba trapos poco limpios de algún vecino del edificio donde se suponía que prestaba sus servicios.
Poco o nada debía limpiar Blasa, la portera dicharachera, porque se pasaba el día espiando sin ningún rubor al personal que subía y bajaba de los pisos, para luego soltar a bocajarro las falacias que a ella le convenía desperdigar, creando un ambiente nefasto entre los vecinos.
Daba como auténticas noticias que, siendo falsas adornaba con todo lujo de detalles para ser más creíble.
Como si ella, la portera Blasa hubiera estado presente en el lugar de los hechos, en el instante preciso que habían sucedido.
Nunca estuvo, claro está, pero repetía sin cesar:  ¡¡Es cierto, yo lo viií!!.
Nada más lejos de la realidad.
La vida de "Blasa" era el chisme y su difamación gratuita, ejercida por puro aburrimiento, le convencía de que era temida, por quienes le prestaban atención ingenuamente, dudando si había algo de verdad en sus absurdas y maquiavélicas mentiras.

Hay muchas "Blasas" en la vida, ignorantes, palurdas y maleducadas, que se dedican a levantar bulos, en busca de un absurdo placer personal, fruto de su vida estéril y aburrida.
Está claro que es la envidia al personal lo que les hace ser así y tratan de perfeccionar su personaje incoherente, para resultar algo creíbles.
Tienen  una inmadurez mental manifiesta, aderezada con una baja autoestima que esconden, queriendo hacernos creer que son personas cultas y con una vida feliz y acomodada.
No son nada originales, su expresión es pobre y sin ninguna preparación cultural.
Toman como propias, las frases de las personas a las que envidian y su ataque es continuo, sin escrúpulos y con el ánimo de ser las reinas del cotarro.
Me pregunté tiempo atrás si estas personas, estas "Blasas" tan esperpénticas  tuvieron alguna vez corazón, si había algo bueno en su fondo, pero concluí que no, son así, son malas personas.
Mienten, maquinan constantemente vidas y actitudes de sus envidiadas, para dañar su reputación.
Cuentan todo mal y al revés.
Van de buenas, de justas y de cabales,  pero son serpientes con su veneno, se arrastran por el fango de su impudicia y su único fin es ser el centro de la conversación.
Son  muy cobardes y ante cualquier petición de pruebas se retiran a su agujero, con excusas irrisorias a todas luces.
Son así, como pécoras, mientras interpretan su sainete necesario y tienen público que las jalee.
Cuando su " función " acaba, vuelven a su cruda realidad, solas y sin gente que les aprecie, porque son antisociales.
No hay vuelta de hoja.

** A una  "Blasa" que me lee a escondidas, desde su portería. **



16.2.12

* Mi Amor *


Me ausenté el día de San Valentín de mi rincón, no quise distraerme, no debía,  estaba con él, con mi Amor.
Quise que ese día fuera muy especial, distinto a muchos y mejor que todos.
Volví a mirarme en sus ojos muy despacio, como me gusta y le dije: "Te quiero" con un beso.
Me da lo mismo que sea 14 de  Febrero que 2 de Junio, que brille el sol o que me vigile la luna, para decírselo al oído y repetirlo convencida.
Me considero privilegiada por tenerle junto a mí, en el camino de una vida juntos y le quiero, le amo, le admiro y es todo para mí.
Pasaron muchos años juntos, pero me parecieron un suspiro, porque me saben a poco.
Es mi mano derecha, la razón de mi existencia, la luz de mi camino y la respuesta a mis dudas.
Es mi proyecto de vida, la ilusión de mi futuro, el sueño de mis noches, el hombre perfecto que había soñado.
Lo tengo yo, en exclusiva, segura de su amor, de su lealtad y lo merezco.
Me tiene él a mí, porque me ganó limpiamente y supo hacer crecer entre nosotros el amor verdadero.
Él es el  dueño de mi corazón, capaz de alterar mi sosiego cuando me abraza y seguir amándome hasta más allá de la vida.
El amor, mi Amor, es todo para mí.






13.2.12

* Pensamientos *






La muerte hay días que ronda más cerca nuestra que otros muchos,  en los que no le hacemos caso.
Se atreve a echarnos un pulso con alguien que queremos, bien sea un familiar o un amigo entrañable.
Nos pone a prueba y nos recuerda  que sería bueno que pensáramos, al menos un poco, en el día que nos señale con el dedo y nos lleve para no regresar.
Aún no estoy preparada para ese paso de la vida a la muerte.
No creo que lo esté nunca, me gusta demasiado la vida, sé que no soy eterna como las diosas del Olimpo y que aunque sean muchos mis días venideros, contados están.
No puedo imaginar cómo será el proceso, si será una larga enfermedad, que llevaré mal, seguro, pues no soy precisamente una buena enferma.
O por el contrario será visto y no visto.
Los médicos y los medicamentos no son lo mío, soy mala paciente.
He de estar muy mal, para ir por fin a la consulta, a que me conozca y reconozca el Galeno, a sabiendas de la reprimenda que me cae, después de haberme extendido varias recetas, con gesto serio y profesional.
Cuando salgo de la farmacia con mi bolsa de medicinas, hago un firme propósito de tomarme todo, como una niña buena, como cuando era pequeña y veía que no había más remedio que tomar aquel jarabe o la tos no se me quitaba.
Nunca olvidé ese sabor, sabía mal, muy mal, no recuerdo el nombre del jarabe, puede incluso que ni exista ya, con tanta variedad de preparados como existen en la actualidad.
No tengo previsto enterrarme en el camposanto, debe hacer un frío terrible y creo que me aburriría entre tanto silencio, hablando conmigo misma. Eso si se puede hablar entre los vecinos, que no lo sé.
He pensado en la posibilidad de que hagan un aprovechamiento de mis órganos, al menos así, si se llevan mis ojos, seguiré viendo cosas y aprendiendo más.
Espero que cojan mi corazón y que le sea útil a alguien. Creo que latir un tiempo más en otro cuerpo está bien y el viaje en avión desde que me lo extraigan, hasta que funcione en otro paciente, debe ser una pasada.
Cuando inician ese proceso y se anuncia que hay un  posible donante compatible, es emocionante ver cómo luchan contra reloj, para que al fin el enfermo renazca a la vida y recupere su salud perdida.
Sí que tengo claro eso, que hay una vida después de la vida, morirme y no haber nada más no es gran cosa, tiene que esperarnos algo mejor, estoy segura.
Donaré todo lo que pueda, lo tengo clarísimo,  para quien en vida se muere un poco todos los días, porque su organismo no va bien.
Espero que la muerte me siente bien, pensar si se acuerdan de mí o  si me llorarán cuando me vaya, no me preocupa tanto.
Prefiero que sea ahora cuando no me olviden.
Hoy estoy viva, mañana quien sabe...













8.2.12

* Cosas *



Porqué llamamos "cosas" a las que no lo son, si tienen nombres por sí mismas, que son, parecen y están, aunque las releguemos al anonimato.
A veces, negamos la esencia a lo más bello, por las prisas del momento y postponemos su deleite.
Otras, en cambio, se quedan en el baúl del silencio, dormitando sin protestas y las más la vida pasa, eclipsando sus sonrisas, durmiendo deprisa y dejándose llevar por el sainete convenido.
No me gusta ser así, prefiero adivinar qué azul destaca si miro al cielo, sobre los demás colores que pugnan por derrotar al horizonte.
Mi  querida ventana, me cuenta muchas cosas sin palabras y quiero descubrirlas día a día.
Me trae encantada su ofrenda cada amanecer, cuando invade mis ojos y me regala un abanico de posibilidades.
Me arrastra con su pentagrama nuevo de trinos fuera, deshechando  lo que no conviene en la atalaya de mis adentros.
Cosas que viví y que dejé tras de mí hace tiempo, bellas y amargas, como miel y acíbar, esas son ya recuerdos vagos, en mi memoria.
Otras siguen aún a mi lado, en el camino de mi presente, hasta que decidan marcharse sin que me dé cuenta siquiera.
Estoy preparada para conocer aquellas que no asomaron a mi mundo todavía, con el  sabor que quieran ofrecerme.
Las llamaré, estoy segura, a cada una por su nombre, desde detrás de mis ojos, hasta el fondo de mi corazón.
Sabré sonreirles, hablarles sin voz, porque no nos hará falta.
Sentiré su perfume tenue, con mil matices que habré de descubrir yo sola.
Viviré la vida, la que me espera con valentía, la que tengo y la que deseo, con mis sueños y  mis verdades. 





3.2.12

* A propósito *



Es el día después de finalizar  * Contrapunto *, mi cuarto relato, para deleite de unos y para indiferencia de otros.
Soy consciente que no puedo agradar a todo el mundo, ni lo pretendo, soy la que soy y yo me gusto.
Acepté sugerencias sobre la trama de este escrito concreto y así fue sucediendo capítulo a capítulo.
Me sirvieron de apoyo y de aliento y creo que es justo reconocerles su mérito.
No tenía previsto " a priori " nada.
Estas historias empiezan siempre por casualidad, fruto de alguna sugerencia de alguien que lee habitualmente.
Supuso un gran reto para mí, me costó algún  trabajo ir hilando idea con idea, desde el comienzo al desenlace, para que no quedaran cabos sueltos y resultara agradable la lectura.
No soy una escritora en el sentido profesional de la palabra, tan sólo soy una mujer a la que le gusta expresarse a través de este medio y me complace que sea público y no privado.
No entiendo mucho a  quienes escriben en el contexto que sea, llamese prosa o verso y no lo comparten con nadie, quizá por timidez u otras razones que desconozco.
No busco reconocimiento, medallas o premios de otros blogs, pero tengo uno de una persona muy especial para mí, al final de la página y lo conservo con orgullo.
Mi línea como digo, es expresarme y divertirme con ello, esmerarme renglón a renglón y exponerlo a vuestra opinión que valoro muchísimo, ya que es el acicate para que se mantenga este blog más o menos activo.
He de resaltar que los relatos son ficticios y  aunque siempre quede en ellos una parte de mí, no fui, ni soy cualquier protagonista que hayáis leído anteriormente.
Inés es una mujer que escribe,  cuando tiene tiempo y algo que decir y deciros.
Yo soy muchas más cosas que ella, que se omiten en este blog, porque no vienen al caso y son mías en exclusiva.
Quiero mostrar mi más Sincero Agradecimiento a quienes me visitáis, me comentéis o no. Para mí, sois todos muy importantes.
Sí que echo de menos mayor número de comentarios, con respecto a vuestras visitas y me gustaría que los que leéis  solamente, me dejarais alguna frase, algún día.
El no conocer esas opiniones me despista mucho, pero en cualquier caso es vuestra decisión y la asumo como tal.
¿ Y ahora,  con qué les sorprenderás Inés?.
La respuesta la sabréis a la par que yo, no hay secretos, pero nunca planeo nada, simplemente me dejo llevar y escribo.
Creedme que cuando tengo tiempo y motivación, disfruto muchísimo aquí.
El día que no me apetece o no se me ocurre nada, prefiero esperar a que las musas aparezcan y juntas tejer una historia, del color que decidamos.
Sí pido por favor a quien copió varios textos míos, haga el favor de retirarlos, son de mi autoría y no es ético plagiar, ni a mí, ni a nadie.
Seguiré escribiendo y espero seguir disfrutando con ello, entretanto tened un buen día y estoy a vuestra disposición en:  blogcosasnuestras@gmail, para cualquier sugerencia o consulta relativa al blog, siempre con el debido respeto que merezco.
Un saludo entrañable  en la distancia, Inés.






2.2.12

* Contrapunto ( Epílogo 2º ) *






Los años pasaron también para Samuel, dedicado por completo a cuidar de su esposa, de su familia y compatibilizarlo con su trabajo, hasta que llegó el momento de su jubilación, hacía pocos meses.
Laura había fallecido dos años atrás,  recostada en su diván, una tarde de primavera mirando al infinito por el amplio ventanal, sin despedirse de nadie.
Su muerte fue como la de los atardeceres en una playa, apagándose poquito a poco, sumergida en sus sueños y sus recuerdos.
Su alma voló libre como una paloma blanca y desapareció en el horizonte para siempre.
Samuel supo que ella ya no estaba con él, que ya no miraba cómo florecían las flores del jardín y siguió viviendo con coraje junto a su familia, amigos y compañeros.
Acomodó su vida a la nueva situación que se le presentaba, sin dramas.
Sus hijos se habían independizado ya y tenía una nieta de seis años que charlaba por los codos, Laurita, de la que se encargaba, mientras su hija trabajaba. Necesitaba ocuparse de ella, de sus deberes y de enseñarle con amor, igual que hiciera con sus hijos.
Era una niña preciosa e inquieta, no paraba de hacer preguntas a su abuelo de las cosas más insospechadas y su abuelo la sentaba sobre sus rodillas y le contestaba acariciando su cabecita.
Laurita se prestaba con agrado a ayudar a su abuelo a ordenar viejos papeles, alguna tarde que otra y le preguntaba abriendo sus grandes ojos:
- Abuelo, ¿ ésto que es ? o ... si no lo quieres, me gusta para mí.
Era una cajita diminuta de tarecea de Siria y en su interior había un colgante, aquel que le había regalado con tanta ilusión a su mujer, elegido por Irene en su viaje a Holanda.
Samuel nunca olvidó a Irene, pensaba en ella con ternura, mientras acariciaba la joya y los recuerdos parecían revivir con su contacto.
"Que mujer mas extraordinaria e inteligente", pensó, " estaba en un momento muy complicado y parecía tan frágil ". 
Me dejó con la miel en los labios, pero  ella tenía razón, yo ... no tenía derecho a entrar en su vida, todo hubieran sido problemas para los dos y demostró una gran fortaleza al zanjar nuestra relación apenas había comenzado. Lo nuestro era imposible, pero era tan bello ...
Sólo deseo que esté bien y que sea feliz, se merece lo mejor de este mundo ".
Samuel había hecho estas reflexiones incontables veces, a lo largo de los años y se sentía en paz, imaginando que todo le iría estupendamente.
- ¡ Abuelitooooooooooo !
Laurita entró como una tromba al despacho de Samuel, con la boca llena de migas de pan, se subió a sus rodillas y le llenó de besos al abuelo, mientras éste dejaba en la mesa el periódico que intentaba leer.
La asistenta venía detrás de la niña y sonriendo le dijo:
 - ¡ Ay señor Samuel, esta niña es un bichillo, le dije que acabara de merendar y mírela,  salió corriendo, quería darle un beso a usted, no me hizo caso!.
¡ No se preocupe mujer, usted y yo sabemos que la niña tiene el mismo carácter que su abuela, sus mismos ojos negros y es mi debilidad, ya lo sabe usted !.
" Abuelo, abuelo, estoy merendando ese queso de la bola amarilla que tanto te gusta a ti ".
" Abuelo, ¿qué leías?. 
"Miraaa abuelo, mira aquí, ¿ahí hacen el queso que me estoy comiendo?.
Laurita se refería a un anuncio a todo color con fotografías típicas de Holanda, molinos, barcos, canales, quesos y unos zuecos.
Mira - dice él - Holanda es el país donde hacen el queso que te estás tomando.
Samuel leyó algo que le llama poderosamente la atención: Oferta de viaje a Holanda, consta de cinco días y cuatro noches, en prestigioso hotel de cuatro estrellas, fecha de Semana Santa. ¡ En el mismo hotel donde estuvo !.
Pensó un instante en aquellos días tan maravillosos y el recuerdo de Irene se hizo más vivo en intenso que nunca.
La voz de su nieta lo sacó de la ensoñación y le dijo: ¿ Vas a ir a Holanda abuelito?.
Sin pensarlo casi, le respondió espontáneamente:
¡Sí, Laurita, voy a repetir un viaje que me gustó mucho, cuando tu aún no habías nacido, quiero recordar lugares muy bonitos y algo muy muy especial !.
¿Me traerás unos zapatos de madera como esos que hacen “cloc” “cloc” al caminar?
¡Claro, tesoro mío, te traeré los zuecos mas bonitos que encuentre!
Ahora déjame  un momentito cielo, que voy a telefonear a la agencia de viajes.



Sentado en el terminal del aeropuerto, como aquella vez, esperaba que anunciaran su vuelo.
Samuel pensaba si volver  a Holanda había sido realmente una buena idea. Por un momento vaciló, quizá se sentiría muy solo y tal vez su decisión había sido precipitada.
Intentó en vano concentrarse en la lectura del diario, estaba inquieto y un sexto sentido le obligó a levantar la vista y creyó sufrir una alucinación.
¿ Estaba soñando o realmente eran cierto lo que veía ?.
¡Era ella!, ¡Era Irene!.
La maravillosa mujer que le ayudó con sus recuerdos a no derrumbarse estos ocho largos años, corría hacia él, con sus ojos brillantes y una inmensa sonrisa. ¡ Era su dulce y amada Irene !.

La megafonía anunció por fin la salida del vuelo hacia Amsterdam.
Irene y Samuel volaban juntos.





"La casualidad no existe y lo que parece un accidente a menudo viene de las fuentes hondas del destino" 
( Johann Christoph )


                        


                                               Fin