29.3.12

* Esperanza *






Hoy le tomé la delantera a los primeros rayos de sol, quise atrapar el rosa que se iba difuminando lentamente en el horizonte y guardarlo con primor en mis retinas.
Quiero sacar el jugo al día, gota a gota y decirle a la impotencia que me embarga, que me deje y que se vaya.
Parece haberse instalado en un rincón de mi alma y hace que me domine una tristeza almibarada.
No me conviene andar tan despacio por la vida y dejar pasar un amanecer tras otro.
No me gusta mucho lo que siento estos días, porque me cuesta aceptar que la vida se consume lentamente y no puedo hacer nada por prender una llamita de sonrisas, en un corazón que sufre.

Quisiera darle parte de la mía, recordar tantos bellos momentos que vi un día, cuando la miraba sonriendo.
Pero no puedo, ni ella puede, no podemos.
Es la vida y es la muerte que nos llama y no queremos ir a su encuentro.
Sufres, sufro, sufrimos juntas y por separado, cuando piensas de nuevo, cuando recordamos todo.
Menos que tú, yo.
Más tú, mucho mas que yo.
Te desesperas, preguntándote porqué a ti, porqué no a otra, mientras los demás evitan llorar delante tuya.
Perdiste lentamente la salud y miraste hacia otro lado, porque no tenías tiempo de cuidarte.
No podías, no sabías o no quisiste.
Ya no importa, ahora hay que coger las riendas entre todos, vencer uno a uno todos los inconvenientes y vivir intensamente.
Ya no podrás cumplir muchos sueños que se quedaron esperando en la antesala de tu vida, lo sé, lo sabes.
Hay que vivir el presente, desde el amanecer a la noche.
Hay esperanzas, muchas y vamos a buscarlas y a ganar la batalla al feroz enemigo que invade tu garganta.
Hay miedo, todo.
El mío a perderte, el tuyo a la muerte.
Lucharemos todos junto a ti y contigo cada uno de los días.
Pondrás todo de tu parte, sin vencerte, te toca sacar esa mujer fuerte que fuiste un día.
Aunque no sepas que me dueles, aunque tengas mucho miedo ahora, vencerás.


Tormentas a lo largo de la vida hay muchas, pero el sol majestuoso vuelve a brillar entre las nubes, siempre.



22.3.12

* Capricho *



Otro día más de sol ha querido reflejar entre las sombras de la cortina sus rayos, insistiendo entre las rendijas que aún se rebelaban a la noche ausente.
Otro día más o, menos, según se mire, está merodeando a mi alrededor, sin decirme qué idea tiene para mí.
Suelen ser caprichosos casi todos, como los sabores de los helados en verano o parecido a los colores de la primavera que lleva  y  tiende despacito  su manto de mil colores
Son tan caprichosos como tú, cuando no estás y me haces falta.

Pero si estás, aparece la magia delante mía y  todo lo demás desaparece.
El cielo vuelve a  brillar con tus besos, las censuras vuelan al infinito y desaparecen al momento.
Sabes como nadie anular mi  resistencia  y los sentidos que poseo despiertan de su letargo, trepan por los abismos de mis dudas y se aposentan en la locura que tanto te gusta.
Te haces cómplice conmigo sin prisa y  no sé dónde voy o vengo, pero tampoco me interesa casi nada.
Soy por ti  la espiga que se mece al viento, en el campo próspero de tus besos.
Viento, luz, vida,  amor, pero sólo contigo.
Te siento por entero, no necesito atender más que a tus besos estrellándose uno a uno, contra mi piel.
Me das la vida y me matas con el veneno que me traes cuando vienes y me atrapas.
Me puedes, me asolas, siempre que quieres tenerme.
Lo sé.

Soy tu capricho, pero tú, querido mío, también eres el mío.





15.3.12

* A ti *

A tí, que entras de puntillas, sin llamar, con la confianza de que siempre eres bien recibido.

A tí que lees despacio, cuando eliges o al azar, según se preste.

A tí, que guardas el reloj, cuando te embobas con los versos dulces, que te embargan sin saber porqué.

A tí, que fijas tu mirada e interés y vuelves al principio, a paladear, aún más, aquello que te emocionó.

A tí, seas quien fueres, que prefieres venir sin nombre, sin orquesta ni ovaciones.

A ti, que eliges mi rincón y el tuyo y te acomodas.

A ti, que eres capaz de no firmar, aunque quisieras, pero no.
( Mejor así. Sin que se sepa que estuve ).

A ti, que necesitas sacar el alma de paseo y aquí , justo aquí, paladeas  paisajes de colores, para sonreír y emocionarte.

A ti, a tantos como tú, a todos, donde quiera que estéis, ¿qué más da?.
A los que se fueron y a los que vendrán, a los que permanecen fieles.
A los que sueñan, aprenden o enseñan, por igual.
A los que dejan sus cosas por un rato o por unos cuántos, por elección propia.
A ti, por preferirme, entre cables y letras, sin comparaciones, ni halagos personales.
A ti, desde mi persona, sin falsas humildades.

A ti,  a Ella, a Él, porque sois importantes para mí. Os digo Gracias, Siempre.





12.3.12

* Etapas *





Hay etapas en la vida muy distintas y algunas  de todas, no debieron presentarse, pero llegaron sin más, en un momento poco o nada  oportuno y no supimos resolverlas como lo haríamos ahora mismo.
Quedan ahí como sombras impenitentes, vagando por nuestra cabeza un tiempo como almas perdidas, hasta que acaban siendo olvidadas impregnadas de indiferencia.
Otras, en cambio, las que fueron  dulces nos negamos a olvidarlas.
Hasta el más pequeño detalle de aquel tiempo de almíbar y sonrisas abiertas, nos es importante, a pesar de los años pasados.

Quisiéramos regresar, abrazarnos a la ternura de aquellos días, a aquellas personas que quisimos tanto y que se fueron para siempre de nuestras vidas.
La vida pasa y nosotros estamos aún, seguimos luchando día a día, paso a paso, con la experiencia de los años y el valor que le añadimos para que sea amable.
Los cabellos se vuelven casi de plata, la mirada se vuelve más sosegada, el corazón late con calma y se pasea despacio.
Ya no hay prisa por nada, pero aprendimos a admirar la vida en su esencia, contemplar cada mañana, maravillandonos de cada puesta de sol, como si fuera el primero, el único y el definitivo.

Hay que aprender a decir adiós al pasado que queda muy lejos y ya no no es importante.
Es mejor vivir alegres y con la pasión del presente que se engalana con  bellos colores, abrir bien los ojos y escribir con buena letra en los corazones sencillos.

Esta es mi etapa, la que tengo y la que quiero vivir con la dignidad, el respeto y la felicidad de todas las que ya se fueron.

Cuando no se sabe ser feliz, el que no lo es, es el único culpable.




8.3.12

* Ella *




Cuántas lágrimas derramadas, rodando libres y amargas, como queriendo volver el tiempo atrás, si no puede ser, amiga mía.

Una ausencia impuesta a golpe de calendario, sin estar preparada para esa soledad, que ahora se adueña de tu vida.

Una alcoba envuelta en sombras quietas, no permiten dibujar las sonrisas en tu boca como antaño.
El silencio ahora manda en ese espacio, tan vivo en otro tiempo, con la presencia de quien tanto quiso y se fué.

Ella, cada noche, apaga las luces tras de sí y camina despacio, buscando una señal del aroma de  su niño grande.

Aquel  hijo que maduró de repente y la sostuvo cuando se supo derrotada, estuvo a su lado para que apoyara su hombro y caminara con ella.
Eligió, con el tiempo el amor de una mujer, quiso vivirlo y no miró atrás, desconociendo el vacío tan grande que dejaba en el corazón de su madre.
Era feliz y no veía más allá.

Ella, fiel a la cita que se impuso, se asoma a su alcoba noche tras noche, sabiendo que las sábanas frías, no lo cobijan ya.
Vuelve a mirar entre lágrimas amargas, uno a uno los rincones, para darle las buenas noches con infinita ternura al vacío que dejó, a la nada.

Lo dejó volar, junto a su amor, pero ella no sabe que él, el niño de sus ojos, se llevó su corazón consigo.

Por eso llora y por eso es tan tierna.

Ella calla y no protesta, sólo llora  a escondidas, sin que nadie lo sepa.