28.12.10

* Mi parque y tú *

Vengo a éste, mi lugar especial, donde nadie alza la voz.
Hoy tengo tiempo y ¡te extraño tanto!.
Quiero hablarte de frente, mirándome en las niñas de tus ojos, aunque tú me faltes.
Podría describirte un paisaje de colores otoñales, sé de ellos y situar allí un banco cualquiera,  para sentarme a tu lado y escucharte.
Contar juntos las hojas que quedan, aún por caer, del último árbol que alcanza nuestra vista.
Respirar el aire limpio que se pasea despacio por el jardín, ése que me invento, con colores que me gustan, a tu lado.
Dejar el reloj parado, mientras te contemplo embelesada, hablándome de tus cosas, las que tanto te preocupan, mientras tomo tus manos en las mías.
Tus manos suaves son lo que me queda de tí, en mi memoria.
Cálidas como tu corazón, perfumadas de tí mismo, con aroma de lavanda y la historia de tu vida  impresa en ellas.
Lo que callaste por principios, que adiviné quiza, justo detrás de tus ojos, deseoso por salir, algún día.
Puedo darle cualquier color a este sueño en el que llegué, a contarte, por si estabas.
Escuchar un piano  dulce, saltando de nota en nota, mientras cita a una guitarra a que responda, si lo quiere acompañar.
Añadir una voz  subyugante de una melodía que conoces, llamándote en un susurro.
Quiero que todo junto, lo que te cuento, lo que me invento, imagines conmigo.
Mi otoño dorado , envuelta en el aire frío que te conté, con tus manos en las mías.
La melodía que nos acompaña, mientras paseamos juntos por el parque, mi precioso parque, en el que siempre me encontrarás, cuando me busques.

21.12.10

* Gotas de lluvia *


El cielo de esta mañana es blanco casi gris, sin el azul que acostumbraba a regalarme cada mañana.
Todas las lagrimas del cielo se estrellan violentas, contra la tierra que las recibe, casi sin fuerzas.
Repiquetean en tejados y alerones, buscando un sitio donde reposar, en el suelo brillante, por donde nadie pasa ahora mismo.
No escucho a mis pajarillos piar y me preocupa que sus trinos no estén llegando a mis oídos, como cada amanecer.
Los necesito alegres y volanderos, cerca de mi ventana.
Son la única compañía de mi alma en este instante que manejo, porque me recuerdan a tí.
Tú, que eras como el arpegio templado de una guitarra en mi corazón, cuando te pensaba, tampoco estás.
Hace mucho de eso, de tu silencio elegido, de tu huída voluntaria.
He de conformarme con la vida y con mi lluvia, sin que estés, sin tus sonrisas.
He de guarecerme detrás de mi ventana y sin tus besos suaves como la brisa.
Sentir el frío de la lluvia y olvidar la suavidad de tus manos en las mías.
Y aceptar que la vida es como viene, que unos días los gorriones no cantan, porque llueve.
Que prefieren,como yo, el sol para volar alegres de rama en rama.
Habrá días claros y azules, pero ya no serán como aquel contigo que, con gran celo, guardo en mi memoria.
Vendrán días grises, como el de hoy y te harás presente, de nuevo, junto a la lluvia, en mis recuerdos y con tu ausencia.
Nunca sabré cómo pudo haber sido un día de lluvia, agarrada a tu brazo, mientras me miras y caminamos abrazados, sorteando los charcos, por cualquier calle.
Prendo dos velas lilas, por si no encuentras el camino, con mis violetas, que plantaste en tu jardín, porque quisiste.
Sigo esperándote, tú ya lo sabes.

17.12.10

* Cati *



Cuando una amiga nos deja, sin despedirse, nos quedamos vacíos de ella, huérfanos para siempre, con las manos vacías.
El golpe de la noticia es seco y contundente y nos inunda una tristeza, con regusto a amargura.
Las preguntas se agolpan, nadie las responde, ya no está la amiga.
Se tuvo que ir, quería descansar sin preguntas ni dolores, en el edén que la esperaba con los brazos abiertos.
Una amiga de corazón, cuando muere, no se extingue, sólo se vuelve estrella y brilla para siempre en la noche de nuestra memoria.
Permanecen sus palabras, sus risas, sus silencios, sus esperas, sus miedos, su dolor, su esperanza, sus creencias y su ejemplo de vida.
Faltan sus abrazos, su voz, su coche parado, mirando al mar sin palabra alguna, solos ella y la inmensidad del océano.
Quedamos quienes la quisimos, como persona y amiga.
El mar y yo, el cielo y yo, no seremos ya los mismos, nunca.
Te fuiste, Cati, de puntillas, como un ángel, porque era tu hora, lo sé.
Te buscaré como siempre, en el cielo de mis días, donde una estrella tiene ya tu nombre propio.
Me acomodaré a tu lado, colgada del cielo y te seguiré contando, como siempre hicimos juntas, mis cosas.
Hay cosas que no entiendo de la vida y de la muerte y una de ellas es que nos dejaras tan pronto.

Donde quiera que estés amiga mía, cuida de mí y no te alejes nunca.
Un beso, Cati.

13.12.10

* Te echo de menos *

Te pienso ahora, en mi mañana silente.
Allá donde estés, mi pensamiento te busca, sin saber si quiera, el contorno cansado de tus labios.
Mis noches son tristes sin tu presencia, aún con un fuego cálido, que me es ajeno, sin tus palabras junto a mi oído.
Por tí, las noches brillarían con un sol que despacha a la luna altiva, reflejada en un mar sereno.
No hay brumas de melancolía en mis dudas, cuando te cuelas en mi mente, sin previo aviso.
Estás en el altar de mi memoria, callado, lejano y sin rostro, no me hace falta.
Te supe siempre, sin hallarte en el camino angosto de la vida, pues tu camino no llega al mío.
Mi pañuelo sigue siendo de seda, donde guardo con celo los besos que te debo, aún por nacer en la orilla de tus labios.
Te pienso, cuando te espero, porque no quiero olvidarte, sin tenerte.
Sin hallarte sigo, con mis sueños de papel de mil colores, en la vida de mis versos.

Sin saber siquiera, si pudiste quererme y si me buscabas.

* Tengo ganas *


Tengo ganas de mirarme
en tus ojos azul cielo,
si me buscas, si te dejas.
Tengo ansia, todas ellas,
de colgarme de tus labios,
como niña de colegio,
sin mis trenzas y tus ganas.
Quiero conquistar tus fronteras
una a una, por entero,
anidar en las ramas de tu bosque,
ser tu pajarito volandero.
Planeo besar tus certezas,
con mi sonrisa acariciarlas,
cuando te pienso en mis sueños,
cobijado en mi suave pecho.
Puedo ser la orilla de tu río
si te prestas a mis reclamos,
con tus quiero, con mis síes.

Tengo ganas y te extraño.

25.11.10

* Salmorejo, contigo *

(19 de junio de 2010)


Tomates maduros.
Como mis labios cuando te buscan cada amanecer o a media tarde.
Aceite de oliva.
Como la suavidad de tus manos, al acariciar mis hombros o mi semblante.
Pan del día de ayer.
Alimento de tu deseo, cuando te alías en el mío.
Sal de mesa.
Donde comemos, sin mirar el reloj, mientras me explicas tu jornada, con mis manos en las tuyas.
Vinagre de vino tinto.
Como el brindis de lo nuestro, cada día, cada instante alzando la copa, con caricias llenas de ternura.
Dos dientes de ajo, que le dan ese punto picante, similiar a tu mirada, cuando te embobas conmigo y me reclamas, mimoso.
Agua tibia y cristalina, como tus primeros besos, en mis labios que te citan.
Batir los tomates, desprovistos de su piel, tal y como tú, que te entregas como eres.
Añadir el pan humedecido, como tu lengua almibarada, cuando buscas la mía, a tu apetencia.
Los dos ajos picaditos, como los susurros que colocas en mis oídos , cuando me tienes, cuando me amas.
Una pizca generosa de sal, como es tu voz cuando me llamas, con cualquier excusa en mi mañana.
Un vaso generoso de aceite, como esos abrazos eternos, sin prisas que nos damos, a cualquier hora y sin motivo.
Un toque a gusto, de vinagre, para aderezar y ensalzar el sabor, como tú lo hiciste al llegar a mi vida, de improviso.
Batir generosamente hasta que sea un liquido ligeramente espeso.
Probar de sabor, por si hay que rectificar de sal, como cuando te noto serio, pruebo a saber qué te pasa, hasta que sonríes en mi regazo,
Verterlo en un bol y ponerlo a enfriar unas horas, como tú enfrías tus problemas, mientras te beso.
Acompañar de huevo duro y jamón picaditos.
Compañero de mi vida, mi amigo, mi confidente, mi amor y mi destino.
Consumir a cualquier hora.
Cuando tengamos hambre, en cualquier sitio y a cualquier hora.
Porque contigo mi vida, debe saber exquisito, el salmorejo que, con amor, yo te haría.

18.11.10

* Carta desde el cielo *

¿Pero tenemos memoria Inesperada?.
Nada ha de ser como se deseó porque el corazón tiene razones que la razón desconoce.
Es así, porque instalados en el libre albedrío, la vida te lleva y la vida te trae, te sopesa y te intuye, te inunda y te invade y ya no puedes hacer nada...ya estás indefensa ante las circunstancias tan desprovistas de abalorios y tan cargadas de emociones.
Tu corazón, niña de los sueños, sólo obedece a los impulsos de la sensación, sólo se abre para dar paso al momento sublime (¿sin interrupción?), tan alejado ya de las menudencias humanas que trastabillan en el regazo de esa memoria que dices: atrapada en el juguete de los sentimientos no buscados pero presentes que aparecieron de manera gradual en la vorágine de una vida clara.
Y si acompasamos el baile a las letras y si leemos los renglones de los atriles, y si miramos los soles y las lunas, nos encontraremos donde nacen los sueños, más allá del mar y de las montañas.
Y él te encontrará y llegará la mar a tu galera, porque sabes esperar las ausencias pintadas de colores agrietados y chillones.
Y los sentimientos afloran y se enorgullecen, liberados de pena, reales como los pétalos de esa rosa naranja de tu espera.
Cada corazón, ya lo sabes Inesperada, late al compás de los tiempos y de las florituras engalanadas, del material que se construyen los sueños no tan dispares, no tan remotos pero ausentes.
Hay un tiempo para cada cosa, Inesperada, y veo que está llegando el momento de los hechos, la concatenación firme de las voluntades oprimidas y enjauladas: la libertad necesaria para persuadir a la rosa naranja en la huella de tu corazón.

17 mayo, 2009

* Rosa naranja *

Aquí, para cuando llegues, sin tiempos, te dejo la flor más bella que espera reposando con la lozanía de los sueños más hermosos.
Los pétalos anaranjados son mis sonrisas cuando te vea,por fin.
Las hojas como el verde esperanza , me arropan en arrullo quedo hasta que llegue el día acordado, el justo y adecuado .
Las espinas no las tiene,porque el camino hacia mí es tan sencillo, como natural es la ternura.
Mi morada serán tus brazos, mi final es tu principio,cuando aparezcas.

08 mayo, 2009


* La huella *


Todos nacemos por decisión de alguien, permanecemos luchando, aprendiendo, errando y llenando de ilusiones, los vacíos que deja el fracaso, de tal modo y manera que el equilibrio se restablece y renacemos de nosotros mismos,con idéntica energía. Esta luz que emana en forma de amabilidad, ternura, amistad o amor, deja una huella difícil de borrar.
Imprime un sello único y el nombre de esa persona se hace majestuoso, para las personas que lo evocan. No son heroínas de novela, ni tienen curvas de escándalo, tan solo son especiales, para quienes las ven distintas al resto. Están siempre, a deshoras y porque sí, son leales, centinelas de corazón, amigas de lágrimas, compañeras de dudas, colegas de risas, son y están.. que no se van.
Tienen palabras dulces, gestos tiernos, actitudes sosegadas que, irremediablemente las hace únicas o al menos especiales y se las recuerda con agrado, cariño, amor, aunque se hayan ido, aunque no estén, en presencia.
Para dejar huella no hace falta ni siquiera ser importante , solo instalarse en la mente y QUEDARSE en el corazón, de quien acoge a ese ser, sin reservas y sin poder resistirse.

06 mayo, 2009

* Aquel que vino y se fué *


Cómo puedo hacer para arrastrarte hacia mi espacio?.
¿Cómo debo citarte para que vuelvas y te quedes?.
Te espero en el silencio de mis dudas, por si lo piensas.
Hasta que decidas que quieres, llegues y reposes.
Mientras, pasearé por nubes pintadas de azul y plata y por mares de tinieblas sin quererlo.
Me haré la dormida, a conciencia , con mis sueños bailaré y me iré sin haber logrado cómo hacer, para tu vuelta.
Rendida y sin las fuerzas de mis reclamos, hasta que vuelvas, mientras decidas.
Tengo mil cosas que contarte, de tantos colores, que el día se queda sin argumentos.
Tengo una sola palabra para convencerte, siquiera una melodía que inventarte, entre suspiro, silencio, susurro, y beso, parecida.
No tengo cómo encantarte, mi magia no manejo, de frente vengo y lejano siento que marchaste.
No pude, no supe, vine, dije, fui por tí, lo que supe, como tantas veces .paseaste por el aire de mi espera.
En tal sitio, donde las penas tornan en besos de aire y perfume de violetas, tendré mi morada, sin saber que, aquel que vino y se fué, nunca pudo ser sino una sombra en la ternura de un sueño.

04 de Mayo, 2009

*Anoche cuando dormía...*



¿O diríamos que aún no?.

Si fué en el momento plácido en el que, la almohada es tierna como una nube de algodón y los pensamientos asaltan, conformando una voz que dice y contesta al pronto y sientes que debiste levantarte y escribirlo.

Sabiendo que, en cuanto me deje vencer por el arrullo de la noche, todo se olvidará, que esos sueños se perderán sin remisión en el olvido.
Si le recordé, sin querer, sin poder, ni deber, si se coló en un sueño de lilas, conmigo, si paseamos sin rumbo fijo.
Si miré sus ojos, cuando él no lo sospechó siquiera, soñé bendita ilusión que él , el que viene y se va.
El que es noche a días, tarde, otras y quien no sabe, ni supo, ni sabrá que, en puro silencio le hablo, desde mis adentros, noche a noche, porque es él y porque quiero yo.

24 abril, 2009

16.11.10

* Mi cielo y mi alma *

19 de octubre de 2010

Juré, mil veces, no pensar en tí, pero no puedo apartarte de mí, ni borrarte de mi alma.

Fuiste pócima dulce, que envenenó lentamente el latir pausado de mi estío.
Te apoderaste de mi cuerpo y de mi espíritu, con tu presencia ante mis ojos, aquella mañana única.
No puedo, sino evocarte con la dulzura de tus besos en los míos, que duerme en mi callada memoria.
No sé que hiciste en mí, no puedo sino estremecerme, aún hoy al recordarlos, uno a uno.
Eres tú, solamente tú.
El que, con dulzura me subyuga, cuando vienes a mi espacio y me abrazas tiernamente.
El que intenta seguir mis pasos y quebrantos, desde tu mirada azul, serena.
Vestiría tu cuerpo por entero, de caricias inventadas para tí, ahora mismo, si pudiera.
Llenaría la geografía de tu cuerpo con besos, conectados uno a uno, dibujando tu suave piel, si estuvieras.
Sedaría tus susurros de gozo, recorriendo con mi dedos tu pecho alborotado.
Calmaría tu impaciencia, con un abrazo íntimo, enfrentando tu vientre con el mío.
Me perdería en tí cuantas veces quisieras, hasta resucitar unidos en el cénit del gozo sumo.
Te acogería en mi refugio secreto, que te espera desde siempre.
Te llevaría a un cielo de locura, aleteando apasionados, como sueño tantas veces.
Te amaría por entero, volando contigo, con alas de besos dulces y caricias de gloria.

Me juré a mí misma, muchas veces borrarte de mi memoria.
Pero amor, tú mi cielo y mi alma, ni puedo, ni quiero olvidarte.

* Árbol de amor *

Bajo un cielo azul intenso como la turquesa, las ramas del árbol que lo recorta, se cimbrean en suave vaivén, al compás de la brisa que se cuela entre sus hojas, aún verdes.
La llamada del otoño, reclama su entrega sin clemencia alguna, a la madre naturaleza.
Pronto, éste y otros árboles se desnudarán todos, tapizando en oro viejo, el pié que le dió asilo y alimento.
Sus mudas ramas, seguirán cobijando los gorriones mañaneros, sin ofrecer a su pesar el abrigo necesario, despojadas ya de su espesura.
Pareciera muerto, pero la vida recorre sus venas de copa a tierra, lentamente, preparándose para los nuevos brotes, cuando la naturaleza le dé permiso para ello.
Los corazones vacíos de amor, se parecen mucho.
Agonizan, casi mueren, pero una tenue luz yace somnolienta, en el centro suyo.
Aguantan todo y se recuperan despacio, por duros que sean los tiempos.
Brilla su amor como lucero inextingible, con esperanza e ilusiones, al abrigo de una promesa venidera.
Tintinea silente, como minúsculo retoño de un querer afortunado, por llegar a sus latidos tiernos.
Sabe de pasiones de mil matices, que duermen a la espera de besos dulces y abrazos entrelazados, como preludio del baile del amor, piel con piel.
Ama todo, pero de forma distinta y nueva.
Tiene miedo en sus principios, pero supera todo, con el estímulo de que sea el mejor, el único y viva para siempre.
Crecerá fuerte y valiente, como el árbol, al corazón le llama otro corazón y juntos de la mano, serán uno sólo.
El árbol del amor espera a que su corazón le despierte, como la primavera.

* Mis gorrioncillos *

El silencio de esta mañana apremia tiernamente, a tenues rayos de sol, colándose entre las deshilachadas nubes, que lo ocultan y mece mi despertar primero.
Mis gorriones sacudieron sus alitas hace rato, iniciando vuelo y destino debajo de mi ventana.
A saltitos en el suelo, buscan ávidos el pan que prefieren. Hay para todos, aunque el líder tome el mando y sacie su apetito, primero que nadie.
Los otros picotean a su alrededor, alguna migaja perdida, mirando de reojo, sin perder detalle alguno de sus movimentos altaneros.
Esperan pacientes a que levante el vuelo, el que manda por derecho.
Llevarán en sus picos alimento a sus nidos, en vuelo apresurado, pues sus frágiles polluelos aguardan gritando apetito y desconsuelo.
Van y vuelven alocados, con aleteos sinuosos, mientras quede pan y apetencia y ninguna paloma intrusa, los haga desaparecer, con su presencia inesperada.
Siguen piando, sí, con trino distinto ya.
Afinan sus gargantas al cielo, modulando compases y tempos enamorados.
Esponjan sus plumas suaves, embellecen su liviana estampa, agudizando su armonía, para la hembra silente, que se convence despacio.
Satisfechos y felices, cantan, en su vida placentera y libre, a mis ojos y a mi juicio.
Cuando saltan tan menudos ellos, de rama en rama, buscan el sitio adecuado y gorjean con delirio, en cortejo matutino a su hembra favorita.

Gorrioncillos de mis mañanas bellas, en las que te pienso, lo sabes bien.
Mañanas en las que te extraño y en las que me miras desde tus silencios, lo sé.
Mañanas en las que te quiero, todo, desde la primera contigo.

* Tú, sin tí *

Me han robado los silencios esta mañana plomiza y fría y los necesito.
Mis gorriones no cantan esta mañana, ni bajaron a picotear el pan húmedo, cerca de mi ventana, como acostumbran.
Están agazapados en el frondoso árbol, que los cobija, a la espera de que el estridente ruido que se adueñó de su costumbre, cese.
No huele a hierba fresca como otros días, sino a pintura y gasolina de motor, que envenena la fragancia sutil de las flores.
Un mamotreto elevador invade mi fachada y mis ventanas, con pitidos destemplados, cuando se mueve avisando a los viandantes.
El olor de la pintura, ácido y penetrante, molesta a mis letras y desagrada a mi alma.
El tono elevado de quienes acicalan, con blanco inmaculado la cara de mi morada, me arrancan sin querer de mis adentros, donde tengo todo.
Quiero pensar en tí, como cada mañana, pero no me dejan llevarte a un paisaje idílico, conmigo.
Tú, eres mi refugio, mi elegido, y te imagino en silencio, rodeado de melodías suaves que envuelven tus atardeceres de descanso, cuando vuelves a casa.
Te evoco, absorto en tus recuerdos, con un libro que reposa en tus manos, esperando que vuelvas a sus líneas, cuando las dejas por momentos.
Llamo a tu alma, desde mi silencio y me respondes siempre, con tu mirada tierna y tu voz relajada, sólo para mí.
Tú eres distinto a todos, como mis mañanas, cada día de un color de cielo, pero siempre el mismo paraíso .
A él te llevo conmigo y tú eres allí , cómplice conmigo.

No me dejan pensar en tí hoy, no, pero no lo logran.

15.11.10

* No quiero *

Sabes? No quiero irme y tampoco quedarme.
Y no quiero olvidarte, porque estás y eres tú.
No quiero volar cielos, pero la tierra duele.
Y No quiero quererte, mas no puedo engañarme.
Y No quiero extrañarte, pero te echo de menos.
Yo No quiero suspiros, que a docenas los tengo.

Y aunque No quiero lágrimas, las mías ruedan solas.
Y No quiero preguntas, porque sé la respuesta.
Y aunque No quiero noche, vivo perdida en ella.
Y aunque No tenga nada, sé que te tengo a tí.
Tu si Lo tienes todo, pues me tienes a mí.
No me condenes, nunca aunque me ves cobarde.
Y No me olvides nunca, yo a ti, no lo haría.

11.11.10

* Tus besos *


Vengo a buscarte y no estás, en el punto de encuento de un lugar que no existe, pero que es nuestro.
Espero paciente una señal tuya, en puro silencio, meditando las palabras que salían tímidas de tus labios, aquella noche.
Sonrío y trato de imaginarte, allá a lo lejos, haciéndome la señal convenida en nuestra cita.
Te veo venir hacia mí, con pasos decididos y falta tan poco para romper el espacio entre tú y yo, que me duele la agonía.
Estás ya conmigo y miras inquieto a mis pupilas, que brillan como nunca, embelesándose en las tuyas azabaches.
Un hilo de voz tuyo, repite mi nombre sin cesar, cuando me acoges en un abrazo nuevo y perfumado de tí mismo.
Tus manos nerviosas recorren mi espalda, sin saber donde descansar todavía.
Estás ya, viniste sí, por mí y ya tus manos toman mi cara suavemente y me rindo a tus besos .
Me besas, te beso y nos queremos, por fin.

5.11.10

* Ven conmigo *

Dame tu mano, en esta mañana plomiza y húmeda, que inunda las calles y los campos.
Déjate llevar un rato al sueño que te ofrezco y aparca las prisas, acalla todo y camina despacito.
Tengo un campo inmenso de lavandas, cimbreándose acompasadas al amor de una suave brisa, que las hace danzar como bailarinas de un vals majestuoso.
Aprieta mi mano y contempla ese cielo tan azul que pinto para tí, mientras la paz te invade y te abandonas, conmigo a su deleite.
Sonriamos juntos, cuando un pajarillo revolotea en el árbol que adorna el horizonte con su copa y nos ignora.
Respira hondo el aroma de la vida, empápate de madreselva, jazmín y esperanza.
No te asustes corazón, si poso un suave beso en tu mejilla cuando menos te lo esperas.
Y no me digas nada, sólo ven conmigo, el tiempo que dispongas.
Tengo muchos como éste, de colores delicados, con brisas, vientos, flores perfumadas, lluvia o sol brillante.
Todos contigo.
Dame tu tiempo y tus sonrisas, que lo demás ya lo inventaremos.

* ¿Cómo estás? *

¿Y tú, cómo estás?.
Yo vengo a pensarte como siempre, aunque no vengas a mis brazos, porque no te tengo.
¿Y tú, cómo estás?.
Yo sigo bien.
Volando en solitario sobre las penas que se alejan como gaviotas en el mar de mi pasado.
Tejiendo con primor mis sueños cada aurora nueva, mientras despido a mis dudas para siempre.
Con mis ratos dulces, saltando en el espejo al mundo de mis sueños, donde guardo mil besos y caricias, que no imaginas.
Musitando cuando despunta el tibio sol, mis "te quiero" al silencio, por si traspasan con su impacto la muralla que no alcanzo.
A diario, acicalo mi alma muy despacio entre suspiros, perfumándola con rosas y jazmines, mientras te evoco tiernamente.
Elijo siempre los azules si te extraño demasiado, porque las nubes negras murmuran que no es tiempo todavía y el paraíso de colores me exhorta a que te espere.
Pliego suaves baladas, como pañuelos de seda sobre mi alma, la que sólo tú conoces.
Decido cada mañana cómo contarte, un poema dulce y sereno para que tú te embargues, sin que tu mirada se nuble, cuando me buscas.
Sigo mirando mis amaneceres sola , como percibes, a la espera de la señal que tanto anhelo, con la serenidad de mi presente, sin el tuyo.
Camino firme por mis pasos, convencida de mi amor porque es sincero y sigue pleno en mis adentros.
Y me siento bien, cuando te hablo al alma, porque sólo tú me entiendes y sabes lo que sin palabras, o con todas, supiste siempre.

* Padre mío *

El sol acaramelado, aparece tenuemente en esta mañana cuando lo contemplo, recién levantada.
Es lejano como mi padre, que se fué sin despedirse de nadie, una mañana fría de Octubre.
Padre mío, no estás ya.
Déjame decirte que te quise mucho, cuando te preocupabas de que fuera una niña feliz, a tu manera.
Padre sólo hay uno, tú.
Me llamabas Reina, padre mío y te extraño todo.
Soy sangre de la tuya, que ya no corre por tus venas. Cerraste tus ojos y tu vida, roto por el cansancio y el hastío de tu enfermedad.
Padre, yo te quise y te fuiste sin protestas, en medio de tu delirio de niño, en el que te cobijaste.
Envejeciste deprisa, sin que yo me diera cuenta, te ví siempre como un héroe, con tu sabiduría.
Quiero decirte que, si yo alguna vez me porté mal y te hice padecer, desde el cielo me perdones.
Siempre te amé y te admiré, con tus ojos azules y la seriedad de tus facciones, porque no te enseñaron a reir, cuando eras niño como yo.
Me enseñaste tantas cosas de la vida, todas de tus libros, tantas horas de tí que, cada mañana, al sol le digo si está cerquita tuyo, te lleve mis palabras que no pude decirte en vida.
Que, te dé calor si tienes frío. Que, si tú me ves no me abandones, que me haces mucha falta.
Que fuiste grande, el mejor y mi referente principal, como persona.
Que lo que soy, lo soy por tí, que tuviste razón en todo.
Ahora lo sé, porque soy madre.
Padre de mi vida, abuelo de mis hijos, siéntate en mi rincón y a mi lado, cada mañana si estoy triste.
Acomódate en nuestra mesa, padre, a mediodía, cuando te recuerdo, con tus guisos y tus prisas de cocina.
Tómate a media tarde un café negro conmigo, cuando dan las seis, como antaño, en vaso largo y con dos terrones de azúcar, con el soniquete de la cuchara en el fondo del cristal.
Y cuando el día se me acaba, padre, dame un beso en la frente.
Dime adiós con la mano cuando duerma y te despida, cada noche.
Padre mío, no me dejes sola en las madrugadas de mi vida.
Vuelve a mí, cuando el sol se cuele por mi ventana, que si no estás tú, tengo frío en el alma.

Padre mío: Te quiero todo.

* Duele *

Una rosa se marchita en las calles, queriendo volar con las alas del ayer, a los brazos de su amor.
Sin saber si el amor es credo, si es sólo una ilusión, si lo merece o si sólo pasa delante de sus días, sin detenerse.
Con una única esperanza, que guarda en su mejor rincón, una promesa de un próximo café, en otro tiempo.
Retomar esa tierna mirada, que pudo haber sido un beso lleno de promesas, delicadas como mariposas aladas.
Recordar aquellos sueños que la rosa tejiera con primor de ilusiones , sin principios, ni finales, sólo par él.
Fué calor y fué frio, fueron todo en un instante y ahora es espera por su piel y por su alma.
Es pena por sus eternos silencios, que están lejos, con su angustia y sus manos solas.
Nos despedimos sin ser enamorados, sin dolores, sin vacios, sin saber ni que sí, ni qué no.
Duele el amor, duele la vida, la que se va y la que se queda.

Duele amar y duele amarte.

* La hora de la escuela *

El anuncio de que el verano, por fin, hace su equipaje, concede un respiro momentáneo a muchas personas anónimas, en hogares dispares.
Cada mañana ordenan aquí y allá, con brillo de espejos, coladas oliendo a flores, platos y ropas, donando sin queja su tiempo y fuerzas, mientras pasa la vida entre sus manos.
Murmullo de voces moduladas, dimes y diretes que cuentan y opinan en la radio de sus casas.
El pulso social o la música de moda, consejos, avisos y noticias que duelen, aunque no se padezcan.
Pan tierno, café recién hecho, cacao, azúcar, con el runrun de la cuchara , callan las voces y despierta el hambre,
Olor a libro nuevo, de tinta impresa, rememora tiempos de niño, en su rictus maduro.
Textura satinada de hojas lisas y nuevas, encierran un mundo de notables ideas.
Relatos y cuentos, números y letras, en operaciones extrañas y ajenas, que encuentran la solución, si bien se piensa.
Lugares de antaño, vidas ejemplares en la memoria de muchos, aunque los tiempos pasen, dejan modelo a tener bien en cuenta.
Horas de fresco, colores suaves tiñen ya, las nuevas mañanas otoñales, de colores dorados y verdes apagados , barajando en el cielo lluvias a destiempo, con días claros.
Mochilas escolares repletas de sueños y libros ordenados, llevan los hijos y nietos que no miran ya, desde la fila impuesta, cuando la sirena avisa.
Madres, padres y abuelos, besaron a sus amores, con la ilusión de que sean mucho en la vida, en el nuevo otoño, a la hora de la escuela.

* Buen día *

Buen día.
En este tiempo de cambios para quien decide tenerlos y para quien sólo mira como pasan, porque le gustan así.
El despertar que concede un tibio aviso en mi ventana, abierta de par en par, me rescata presuroso del descanso que necesitaban mi mente y mi cuerpo.
Las nubes plúmbeas dominan al azul, que reclama su derecho de ser único, dibujando formas caprichosas, mientras dan paso a unas nuevas, amerengadas, ante mi mirada curiosa.
Sentir el fresco en mi cara, cuando reposo los brazos en la baranda de mi balcón, reconforta y anima para tomar partido, en la jornada recién estrenada, invitándome a probar bocado con sus horas.
Comenzar este día que me llama, sin querer parecer lo que no soy, cuando elijo las letras y les imprimo sentimiento. Que se transformen en algo que me agrade, para quien apetezca meditarlas, tomarlas u olvidarlas.
Apesadumbrada a veces, por semejar una aflicción que no existe en mí, al reflejar una ocurrencia exacta cuando la inventé con mis musas, según decido.
La lluvia tiene parte de culpa en mis pinceladas nostálgicas y escuchar su credo es convincente, pero no me invita , ni me arrastra a su abrazo de suspiros y lamentos, por más que me seduzca.
Cada jornada es única e irrepetible, como el abanico de azules, rosas con naranja y luces, que me asombran cuando me embobo mirando al cielo, fiel a la cita con ella, en mi despertar.
Es cálido manto que me arropa con ternura infinita y contempla sereno mi paso firme por la vida, de frente y sin miedo.
Soy muchas, todas ellas o algunas, depende del color de la mirada.
Sueño, relato, regalo, adorno o silencio mis letras.
Mi corazón es uno, vivo, sereno y leal a mis afectos, que son muchos y entrañables.
Late sano, con el juicio y los dones de la vida. Lloren las nubes... o no.

* Nostalgia *

Quise sonreir hoy, pero el día no acompañaba con sus muecas en el cielo.
Es tarde lluviosa, que insiste tenazmente en mis suspiros, secundados tan sólo por los pensamientos que se alojan en mis pulsos y se queda conmigo.
Mi tiempo se extingue lentamente, como las últimas luces rosáceas en el horizonte cuando miro al infinito, entre las gotas transparentes que lo rasgan sin consuelo.
Más de tanta ausencia, toda ella, sin saber nada desde aquel día, que enmudeció de repente todo.
Ventana abierta, espera obligada, silencio eterno, es lo que se impone, rompiendo mi propósito de la calma necesaria.
Nostalgia, cuando las farolas anuncian su presencia con la luz que mata las sombras, tiñendo de claroscuros el derredor luctuoso.
Anhelo conformado y que las horas aligeren su vuelo de águila real, planeando en el devenir de la incertidumbre del destino.
Quise sonreir con tu sonrisa en mis pupilas, pero no estabas.

No viniste.

* Mi callada memoria *

¿Qué me queda de tí?.

Apenas nada más que un recuerdo dulce y una voz impresa en mi memoria, como homenaje a tu tiempo conmigo, en días que no volverán.
Tu camino fuíste trazando con mimo y sueños de mil colores, con la maestría de tu acierto y mucho, mucho esfuerzo.
Fué regado por lágrimas amargas, que dieron un giro importante en tu alma, haciéndote más intimista y reservado en tu soledad elegida, como homenaje a tus afectos más amados.
Aún, de tarde en tarde, evoco aquellas imágenes de tu sonrisa incompleta, fiel reflejo de la serenidad de tu alma, impregnada en un dolor que sólo sabes tú lo que duele.
Algunas más, pienso en si tus ojos siguen brillando de aquella forma, cuando miras un momento un reloj de pared cualquiera.
Otras, distintas a las anteriores, te evoco leyendo, como siempre hacías, abstrayéndote del mundo en la historia elegida por tu interés y tu tiempo de descanso.
Unas pocas más, pienso en las melodías que adorabas, permitiéndoles que inundaran dulcemente el ambiente de tu hogar, entre violines y pianos acompasados, sentado en tu sillón favorito de piel oscura, con los ojos entornados.
Parece que aún te veo, trajinar por la cocina, con vapores deliciosos y platos de porcelana blanca. Te gustaba tanto agasajar a tus amigos, que todo te parecía poco, cuando celebrábais cualquier cosa, incluso nada.
Echo de menos, mucho, las rosas de tu jardín, lozanas y de mil colores.

Siempre me hablabas de sus perfumes tan delicados, de los matices distintos entre unas y otras, según fuera el día y el sol, con su cielo aturquesado o su capota plomiza, cuando se estremecían entre tus dedos, recién cortadas.
Y te pienso en esta mañana soleada, mientras un rayo de sol se cuela entre mis recuerdos y se adormece en el papel satinado en el que te escribo, sin pedir respuesta de tu parte.
Porque cuando miro al cielo, es tan azul como lo fué tu franca mirada, en mis días contigo.

Mi callada memoria tendrá siempre un lugar muy especial para tí, con tus rosas frescas y mi cielo en azules, aunque nunca lo sepas.

* Todavía *

El sol se ha escondido, al salir , detrás de las nubes y no tiñe la mañana, de los oros dispares que tanto me gustan, cuando los busco.
Tan sólo le presta la luz al día, como desganado por el cansancio de lo cotidiano, con grises azulados, en la distancia del cielo que contemplo.
El silencio se rompe levemente con un trino lejano e insistente, en respuesta viva a otros de matices similares, posiblemente en busca del sustento necesario.
Avisando que es tiempo de andar, volar o simplemente cantar, en cortejo y de rama en rama, adivino a mis gorriones mañaneros.
Una tímida lluvia, gota a gota humedece el suelo, reseco por el estío, negándose a ceder el sitio, al otoño tibio que tanto anhelo.
Gotas que recortan los balcones, dan un suspiro a la tierra que clama agua y frescura.
Etapas nuevas y recuerdos viejos , que se van lentamente, con las amargas sensaciones con que impregnaron mi encanto de antaño.
Emociones por nacer aún, sin tiempo ni espacio, con la levedad del día, que me habla con sus silencios, ahora.
Personas queridas, se fueron de mi vida en silencio, con el regusto acibarado del adiós sin despedida, vuelven a mi memoria muchas mañanas, como la de ahora.
Y no recibo señal alguna de respuesta a su sigilo, aún en este instante, después de tanto tiempo, que sigue discurriendo, con las gotas insistentes, en el pavimento empapado por completo.
Los silencios quebrantan el alma, en estos días salpicados por la añoranza, tratando de encontrar una réplica inexistente.
Llueve plácidamente aún, mientras guardo mis recuerdos, ordenados por afectos, con la paz que los sustenta en mi alma amiga.

Permanece el consuelo del regreso, todavía, en aquel rincón preferido, con la certeza de lo que no fué y pudo haber sido.

31.10.10

* Estás *

Dijiste: "Sabes dónde encontrarme cuando me necesites".
He pensado en ese dónde, en el que tú estas y hay muchos, para buscarte.
Estás en el tibio rayo de sol, que se cuela en mis mañanas, dorando más mi cabello.
Estás en mi primer pensamiento, cuando me pongo en marcha, cada mañana.
Estás ante un cálido café bien dulce, cuando quieras.
Estás en cada paso que doy, por si me pierdo.
Estás para enjugar mis lágrimas si asoman.
Cuando te leo, con tus sonrisas, estás.
Estás, detrás de un color de voz que ya conozco.
Estás para escuchar mi mal día, con tu alma fija en mi lamento.
Estás, siempre estás, cuento contigo.
Estás, aunque la distancia nos separe, en mis noches contigo.
Estás cuando el sueño nos vence, hablando y nos despedimos por ese día.
Estás, lo sé...y... eso me hace sentirme en paz y siendo la amiga que tu esperas.

Por tí, ESTARÉ, si vacilas en tu caminar en la vida, por un café contigo, por tus vuelos bajos, por tus sonrisas y porque mi rayo de sol eres tú.

* Mis queridas violetas *

Un pensamiento, fiel a mis despertares, rompió mi sueño en dos, cuando empieza mi mañana.
Alteró mi pulso en letargo, al sentarse delante de mi memoria y cobrar vida, con la claridad del cielo tan azul, como su tímida mirada.
Traslada al hoy mis melifluos recuerdos , cuando asalta mi sosiego, invadiéndolo todo con su presencia de luz.
Por más que lo alejo, acude presto, vivo, sonriente y reservado a mi espejo, mientras lo nombro a gritos, en mis adentros.
Instalado en el rincón más preciado de mi recuerdo, reposa, fiel a mis ruegos de mujer.
Horas, minutos, todos, ahí, en presente amable, sigue. Sin irse, ni quedarse, ni viene, ni va, sólo calla, siempre, persiste en secreto dulce.
Es un libro abierto, con páginas en blanco, portada de suspiros frescos y carátula de incertidumbre, en medio de una senda que no acaba, en la vida de su vida.
Es una canción de bellas melodías, en corcheas y silencios, sin destino ni por qué.
Es el cielo en azules, es todo para mí, desde que llegara.
Es el viento que place a mi alma, que le nombra, sin respuesta. Cada día me despierta, me llama, me gana, en mi contienda contra el debo y el quiero.
Me nombra con su letra y la cadencia de sus tempos. Me acerca y me envuelve en el espacio, sin que pueda resolver, ni una sóla de sus dudas.
Me faltan sus abrazos de mediodía, como desafío a mis anhelos, en consuelo a mi agonía.
Me nacen lágrimas que ruedan libres, de mis ojos a mis manos, que los enjugan.
Y le extraño todo, como el cielo a las estrellas, en las auroras, cuando el sol las oculta.
Me conformo, porque no viene a besarme, contemplando a mis queridas violetas, tan delicadas ellas, como mi nostalgia.

Él, su ausencia elegida, es el delirio de mí misma, cuando ordeno mis pensamientos.

* Si me lees...*

El día de hoy se presenta ante mí, vigoroso, joven y prometedor.
Me adelanté a los rayos juguetones, que me invitan a evitarlos, apenas despuntan por el horizonte, invadiendo la noche, que resultó plácida y reparadora.
Sin razón aparente, me desperté de súbito, algo rompió el sueño en el que estaba y no remoloneé, con los ojos cerrados, como otros días.
La mañana es más fresca que la de ayer, eso me anima a aprovecharla, con mis energías renovadas y mis planes sencillos.
Cada mañana algo me despierta y hoy eran los gorriones, de nuevo, que mantenían una trifulca, supongo que de enamorados, mientras volaban alocadamente.
Conozco bien lo que dicen y sonrío, mientras les echo sus migas troceadas con mimo, apenas humedecidas, por si les acucia la sed.
Miro a mi alrededor silencioso, un espacio inundado por la luz de la mañana, roto por los gorjeos de mis gorriones pintos y con una jerarquía curiosa, mientras tomo despacio, mi café recién hecho.
Me acerco a la ventana, franqueada por rejas de forja torneada, despacio sin asustarlos, mientras el árbol que los cobija de noche, recibe ya al majestuoso sol, por su frondosa copa.
Corre una ligera brisa, que cimbrea sus ramas verdes, como el trigo verde.
Algunos pájaros distintos, siguen esperando, pacientes, a que los míos se sacien y picotear los restos del ágape.
Hay para todos, los unos y los otros, todos lo saben, por eso vuelven, siempre.
Me inspiran ternura, me hacen compañía, me reclaman y tienen un sitio preferente,en mis mañanas tibias.
Con un suspiro quedo, les despido por este rato, la vida apremia y hay mucho que hacer.


No sé si decidirme por un vestido de flores, para vestirme o algo liso y fresco que me dé comodidad para recoger la casa.
Las flores siempre me gustaron, estampadas en tejidos suaves, dibujadas en papel y nacidas en la tierra, creciendo hermosas, con fragancias inimaginables, dignas del mejor perfume de mujer.
Mi flor predilecta es la violeta, por su suave fragancia y por su color que prefiero.
Me llama mucho la atención la rosa azul, por distinta y me gustaría, algún día recibirla como regalo especial, de muy alguien que me quiera.
Para mi jarrón, uno sólo, de flores contrahechas, que son parecidas y no mueren, como las naturales, en la madre tierra.

Me siento bien y serena, enmedio del silencio que me acompaña ahora mismo y me gusta.
Adoro este tiempo de sosiego y escribo para tí, que me lees, esmerando mis renglones.
Porque tú te lo mereces, desde tu lado y con tu mirada serena, paseas tus ojos en un tiempo de mí misma, Inesperada.

Buenos días y un beso de flores, con mi sonrisa de amiga.

* Lo que me queda *


Te fuíste.
Sin decir nada, como siempre.
Ya estoy acostumbrada a tus ausencias, pero ésta creo que es la definitiva.
Lo sabes y lo sé yo tambien.
Ni te dejo ir, ni tienes que decirme por qué te vas.
Ya no estás, no estamos, ni siquiera estoy yo.
No puedo emitir palabra alguna, no puedo llorar, no puedo reprocharte lo que no me prometiste.
Fuiste noble, claro y caballero.
Pero no podías quererme, no podías.
No debo sino seguir caminando, como lo hacía, antes de tí, sola.
Enmedio de mis dudas y mis falsas esperanzas, fruto de mi loca fantasía.
Posiblemente recreé un amor que jamás existió.
Seguro que de real no tuvo ni los besos, que imaginaba que me dabas.
Casi afirmo que, mi mente desbordada, inventó un amor tan bello, contigo.
Y es hora de pensar en lo que tengo, de suspirar sonriendo por lo que me queda, de decirte adiós con mi pañuelo de seda.
Y seguir esperando el amor de mi vida, cuando aparezca.

Es lo que me queda.

* Amado mío *

Me dices que me amas,
me tomas cuando me quieres,
te cuelgas en mis labios
acomodándome en tus besos,
con mi boca que te espera.
Me llamas cuando te añoro,
me escondo cuando no estás,
toma mis pulsos con tus dedos
y comprueba que es por tí,
su palpitar acelerado.
Me citas con tus sonrisas,
me celas entre tus brazos,
me enredas en tus halagos,
me matas con tus susurros.
Me puedes en tu distancia,
me quieres porque me quieres,
te reto porque te gusta,
me tomas porque te quiero.
Me urges en tus mañanas,
me faltas a mediatarde,
me ganas a medianoche,
y me amas de madrugada.
Por eso, amado mío,
eres todo para mí.

* Sola *


Yo no quiero ser tuya,
porque nunca lo fuí.
Ya no quiero tus besos,
porque nunca los tuve.
No pensaré en tus amores,
porque no me quisiste.
No soñaré contigo,
porque no sé como eres.
No lloraré por tí,
mi lágrimas no sirven.
No volveré a hablar,
porque nunca escuchaste.
No esperaré tu regreso,
porque nunca viniste.
No haré nada,
sino caminar sin tí
sola siempre,
como me encontraste.

* Amiga, aquí estoy *

Hoy me visitaste. Llamaste a mi puerta, que jamás se cierra.
Estabas triste, te lo noté enseguida.
Viniste de paseo por la senda de la vida, un ratito conmigo, amiga.
Siempre que lo haces, me siento útil, cuando me confías tus cosas, me creo, además, importante y querida.
Estuvimos corazón con corazón.
Yo te entiendo, tú también a mí y sobraron los pormenores de tu pena.
Ya sabes que estas cosas pasan, aunque no las busquemos, amiga.
No es sentirnos deprimidas, ni es sentir desencanto, por alguien que nos hizo un daño.
Es otra cosa distinta a éstas, es un estado de ánimo de tristeza, es verlo todo menos rosa que siempre, o de un azul desteñido, tirando a gris plomo, como en un día de lluvia.
Es querer que todo cambie, sin saber cómo hacerlo, para que torne a los colores vivos de la alegría, de otros días cuando los ojos nos brillan intensamente, sin saber por qué.
Estamos tristes porque queremos estarlo, porque no se puede hacer todo sola, porque nos faltan manos para levantarnos, porque esa esperanza se ve tan lejana que no se alcanza.

Porque nos sentimos solas, porque no decimos qué nos pasa, porque no somos culpables del todo.
Por unas palabras que no se entendieron, por unos silencios que son sólo eso.
Por unas ausencias que el tiempo nos marca, estamos tristes, estamos solas.
¿Recuerdas amiga?.
"A mí,- te dije-, también me pasa".
Llegan esos días y a nadie le digo que me siento muy sola.
Me voy a mi cima, sola, suspiro en silencio, con el viento de amigo.
No hago nada, no pienso siquiera. Estoy sola sí, terriblemente sola. Y no digo nada.
Pasa el tiempo y todo pasa, sacudo mis penas y bajo despacio, a la vida.
A veces te encuentro a mitad de camino, te paras, me paro, nos sentamos y hablamos de nuevo.
Sin tiempos, sin juicios, yo te hablo de mi gran soledad y tú me escuchas.
Un día tú, otro día yo.
Desde hace tiempo, somos amigas las dos. No sé cuánto,¿qué más da?.
Me escuchas, me atiendes y entiendes, me conoces casi mejor que yo.
Te comprendo y sé cuando te alejas y por qué te ausentas. Te conozco casi mejor que tú.

Por eso, mi querida amiga, te quiero.
Por eso somos AMIGAS.

* Mis días sin tí *


Un día como hoy
o distinto a todos,
me miré en tus letras,
de maestro y amigo.
Una noche como ésta
inventé un paraíso,
color miel de caña
y azul en tus ojos.
Besos tibios de tu boca
y susurros locos,
en mi oído.
Un mes como éste,
recreé tu imagen,
mientras regalabas
tu alma a la mía.
Un año como éste
que raudo se aleja,
tuve sonrisas con silencios,
dudas con poesías,
ilusiones bellas.
Todo de tu nada.
Y mis días fríos
con tibia esperanza,
desgranaba entre suspiros,
sensaciones de poesía,
melodías sin tu entrega.
Y mis noches quedas,
en mi memoria,
silencioso estabas,
como quisiste.

Y sigo caminando,
con tu recuerdo infinito,
con tus besos de almíbar,
con el cielo anhelado,
pero contigo y sin tí,
aunque no respondas.

Aunque no me ames
mi corazón elegió
y no la vida.



* ¡Siempre! *

Te amé sin razones,
pero tu razón no bastaba.
Quise ser tu horizonte,
pero no me buscabas,
en la vida mía.
Quería caminar por tu senda ,
pero tú permanecíste quieto,
contemplando tu estío.
Ser tu luz pedí,
pero estabas sin sol,
sin ocaso, ni aurora.
Quise mirarme en tus ojos,
pero mirabas al cielo,
sin acordarte de mí.
Ser tu luna en tus noches,
pero sólo dormías,
con tus amargos recuerdos.
Quise ser lluvia fina,
pero no eras mi nube,
para albergar mis abrazos.

Estar en tus labios soñé,
pero no soy ese nombre,
que en tu alma reside.
Puse mi corazón en tus manos,
pero vacías estaban,
en tu soledad doliente.
Quise ser tu pasión,
pero eras hielo
y viento lejano.
Ser compañera de viaje,
pero no tengo asilo,
en tu destino incierto.
Quise todo, sí,
a cambio de nada
y eso tuve de tí.
Silencio, ausencia,
nada de tí ...

Querer, te quise,
amar, te amé.

¡¡Siempre!!

* Tú eres tú *


Si fuego fueras tú, sería tu brasa incandescente, porque encendiste una llama en mi corazón, sin pretenderlo.
Tan solo espero, para que tú seas mi milagro, mi alegría y mi reposo.
Si la vida fueras tu, sería yo tus horas infinitas , inclinándome hacia tí, en un tictac de besos enlazados.
Si fueras tú mi brisa, sería yo barquito de tu mar e iría por tí, a la deriva con tus abrazos.

Si fueras tú, si fueras, ¡Dios!, pero no eres, no.

Tu eres tú, para caldear mi alma cuando llegas, me sonríes y te ausentas, tu eres así, siempre tú. Tú eres, amor.
Eres tú.

Si senda fueras tú, buscando tu posada, te seguiría confiada, por tu gozo y por tus días.
Por abrazar tu voz sería yo tu bella melodía, repetida con deleite, en tus labios que no tengo.
Eres para mí la única razón, en mi delirio, con la cordura que me queda.
Tan solo existo para ti. Por ti, mientras mi corazón decide amarte.
Si fueras tú una nube, de tí me empaparía, día, noche , pero contigo.
Y recibiría tus versos de amor, en mi regazo, que te añora.
Si fueras tú mi paisaje, sería tu horizonte yo y te abrazaria como el sol, cuando se baña en el mar de mis amores.
Y llenaría de rosas rojas tus amaneceres, con mis labios en los tuyos, en el sitio que eligieras.
Tu eres tú, me falta tu calor, necesario y suficiente, en mi alma que te extraña.
Me falta tu sonrisa, tu presencia, tus quereres y tu arrojo.
Tu eres así, tu eres amor, supiste serlo en otro tiempo.

Eres tú, sí. Pero no de mí

29.10.10

* Mi mañana *

Mi mañana tiene nubes deshilachadas, sobre el suave azul, a lo lejos.
Una tibia brisa me trae, fiel y presurosa, para derramar mi alma en el espacio que elegí como propio.
Tal vez algún día vuelvas a humedecer tus ojos de emociones, como antaño, si llegaras a buscarme en tus silencios.
Estás presente en mí, en este dulce momento, en el que me faltas tanto, que me duele.
Dije tantas veces de mi amor, que una más aún debe ser poco, si no me respondes.
Tantas como las nubes que se extinguen en el horizonte, a pinceladas, por la brisa que las aleja de mí.
Sin rubor, proclama mi alma.
Sin dudas, sé que mi sentir es verdadero.
Sin exigencias, te aguardo, entre guitarras, que me ayudan a seguir esperándote.
Mecen mis sentidos y secan mis angustias, hacen que mis suspiros vuelen libres, sin anidar en tu pecho.
No me queda sino seguir, viva y conforme, sin tus besos de miel y tus caricias maestras.
No me duele que no estés, ni que me falte tu piel.
Eres mucho más que locuras de madrugada y sentidos a flor de piel.
Seguirás en mi altar de silencios y susurros, en el pedestal que te puse, con el amor que crece en tu ausencia.
Y mientras, la mañana avanza sin ser turquesa, sigue sin tu voz lejana como entonces.
Sigue sin tí y conmigo.

26.10.10

* Te quiero *

Te quiero.
Cada día que pasa por mi lado,
te quiero.
Cada noche que se queda conmigo,
te quiero.
Cada amanecer que te extraño,
te quiero.

Me falta besarte una y otra vez,
sin pausas, ni descansos,
convencerte de mi credo, por tu alma,
retratarme en tus ojos, por mi dicha,
adormecerte en mi regazo, con tus ganas,
enloquecerte con mis susurros, en tu estío.

Me queda todo por hacer, contigo.
Conquistarte en la distancia,
llamarte cada instante y en silencio,
preguntarte si me quieres,
como quiero que respondas.

Me falta la ternura de tus ojos,
me resuena tu voz en mis adentros,
me espera, el juicio de tus miedos,
me supera, la exactitud de lo que siento.

Me inquieta, el lento transcurrir,
de tu agonía, cuando callas,
me consuela saber,
que el amor es así de caprichoso.

¡Te quiero, sí!.
¡ No sabes cuánto

* Nuestro bolero *

Me apetece bailar, en este preciso instante, contigo.
Sólos tú y yo, sin más testigos que la luna y las estrellas.
Deseo este baile, porque sé que te gusta sentirme con las melodías que elijo pensando en tí, cuando nos mecemos sin más, abrazados y en silencio.
Abandonados a la cadencia suave de un baile de boleros, con tus manos rodeando mi cintura, suavemente.
Somos una pareja llena de ternura, mirándonos a los ojos brevemente, nos lo decimos todo, sin palabras.
Un beso suave de tus labios, premonitorio, diluye al instante todo lo presente y me lleva a sentirte sólo mío.
Que tus manos se deslicen por mi espalda, que las mías se sostengan en tus hombros, mientras pierdo el equilibrio, la cordura y la vergüenza, hacen que me sienta sólo tuya.
Somos dos, entrelazando tu cuerpo con el mío, en un baile subyugante.
Queremos que este mágico momento, sea tan perfecto, como la melodía del bolero, que nos eleva a un arrobo inexplicable.
Anulamos el espacio que nos sobra, fundiéndonos en un íntimo abrazo, emocionados.
¡Tantas veces hablamos de este baile y hoy se cumple nuestro sueño!.

Mientras bailamos, cuando me besas y nos amamos.

* Lo nuestro *

El sol, majestuoso como tú,
que alumbras intensamente,
la primavera de mis días,
con un amor generoso,
y tan apasionado, como cierto.
Es, como el amor que yo entiendo,
tan leal, como mágico y eterno,
tan divino y juntos siempre,
porque así lo cimentamos.
Lo nuestro es puro amor,
tan grande como el mismo Amor.
Soy el astro que te lleva,
y tú, la banderola de mi meta.
Es amor que huye de juicios,
sentir que colma mi vida,
y que nace cada día,
venturoso y como nuevo.
Airado,
como lumbre que no abrasa,
casi ideal e inimitable,
porque es sólo contigo,
el amor que yo elegí,
entre tus brazos,
cuando al mirarte, te amé.
Sellaste con tus besos de fuego,
este loco y dulce amor ,
tan delicado y total,
que nos instala en un mundo,
de caricias y deseos,
de proyectos e ilusiones,
que por adoración,
tú y yo, nos inventamos,

¡Tú, mi amor, mi sol fulgente
y yo, tu amor, tu luna clara!.

* Reflexión *



Cuando asomamos a la vida, venimos desnudos, con la curiosidad del que no sabe qué ocurre, ni por qué acontece.
No sabemos cuidarnos y somos nutridos en cuerpo y alma, por quien nos sostiene y cobija en su regazo materno.
El afecto primero es decisivo, para conformar nuestro carácter y fortaleza, de por vida.
Los mimos y cánticos de amor, en nuestros llantos, cuando sentimos miedo, dolor o frío, apaciguan el desconsuelo, entre arrullos maternos.
Caminamos y aprendemos de los años, con los principios que se nos prestan, conformando nuestro yo, más preciado.
Perseguimos con encono la felicidad propia y ajena, como bien y razón primera.
Comunicamos y aprendemos a personas distintas, sueños planes y dilemas.
Construímos afectos, amores y sociedades dispares, que nos obsequian su alma, en la medida que saben, pueden y quieren.
Maduramos despacio o deprisa, según coyunturas y nuestro ego es salvaconducto evidente, a los ojos de quienes nos ven y nos miran.
Fallamos una y mil veces, unas sin importancia y miles con daños, queriendo o no, ante propios y extraños.
Nuestra conciencia reclama justicia, enmienda y disculpa, ante lo que pudo haber sido y lo que nunca debió hacerse.
Y pedímos perdón con la humildad necesaria. O, huímos cobardes, acallando temores y alimentando actitudes abyectas.
Seguimos los tiempos, con la confianza y alegría del deber cumplido.
Somos humanos, erranos, caemos y resurgimos con manos de afectos.
Sentimos vergüenza propia y ajena.
Queremos enmendar desaciertos, que nunca debimos haber cometido.
El daño hecho y consecuencias, reclaman oprobio y disculpas.
Y nos dan leccion de vida y actos , con los que no contábamos, personas generosas, de corazón noble.
Nos hacemos fuertes y justos, sin perder el norte y la senda.

Somos nada y todo.
Tal y como nacemos, morimos.


* Ausencia elegida *


De vez en cuando la vida, nos reclama, con sus cosas y hay que darle sus momentos.
Nos invita a sus paisajes que están desde siempre, componiendo sus colores a capricho, a la espera de nuestra mirada emocionada.
Y hay que hacer el equipaje, despacio, con orden y dejarse llevar por las horas y los días.
Mirar el mar si se deja, escuchar el vaivén de sus olas turquesas, muriendo al regazo de la playa.
Trazar con el dedo en la arena tibia, corazones y locuras, antes que una ola traviesa los difumine con su espuma.
Cobijarse, a la sombra del mejor árbol de la vida, de los rayos de sol, que nos queman el alma.
Inventar sueños dulces, de besos eternos, que surgen del fondo del mar.
Escuchar el runrún de las tardes tibias, de gente con la prisa del estío.
Mirar el infinito, que parte en dos, el cielo y la tierra, entre suspiros leves, sin más problema, que el de seguir caminando.
Tomar el tren de la vida, porque toca subirse y pararse en ningún sitio, a meditar.
Cerrar puertas y ventanas del pasado y vivir la jornada que nos brinda el presente, que impaciente pide su oportunidad.
Vaciarse del todo, sin contemplaciones, para llenar de savia nueva nuestro interior, que quiere su parcela, por derecho.
Saber que todo puede mejorar, cambiar y que las fuerzas se descubren dentro, que nadie las vende, ni las regala.
Pensar que te pueden echar, incluso de menos, cuando no estás y cuando faltas de los rincones, en los que siempre andas, soñando y plantando las tímidas violetas, en soledad.
Y se vuelve, después del silencio, a tus amigos, que te intuyen, después de la ausencia elegida.

Siempre que una desaparece, de forma inesperada, vuelve.

* Mis queridas violetas *


Un pensamiento, fiel a mis despertares, rompió mi sueño en dos, cuando empieza mi mañana.
Alteró mi pulso en letargo, al sentarse delante de mi memoria y cobrar vida, con la claridad del cielo tan azul, como su tímida mirada.
Traslada al hoy mis melifluos recuerdos , cuando asalta mi sosiego, invadiéndolo todo con su presencia de luz.
Por más que lo alejo, acude presto, vivo, sonriente y reservado a mi espejo, mientras lo nombro a gritos, en mis adentros.
Instalado en el rincón más preciado de mi recuerdo, reposa, fiel a mis ruegos de mujer.
Horas, minutos, todos, ahí, en presente amable, sigue. Sin irse, ni quedarse, ni viene, ni va, sólo calla, siempre, persiste en secreto dulce.
Es un libro abierto, con páginas en blanco, portada de suspiros frescos y carátula de incertidumbre, en medio de una senda que no acaba, en la vida de su vida.
Es una canción de bellas melodías, en corcheas y silencios, sin destino ni por qué.
Es el cielo en azules, es todo para mí, desde que llegara.
Es el viento que place a mi alma, que le nombra, sin respuesta. Cada día me despierta, me llama, me gana, en mi contienda contra el debo y el quiero.
Me nombra con su letra y la cadencia de sus tempos. Me acerca y me envuelve en el espacio, sin que pueda resolver, ni una sóla de sus dudas.
Me faltan sus abrazos de mediodía, como desafío a mis anhelos, en consuelo a mi agonía.
Me nacen lágrimas que ruedan libres, de mis ojos a mis manos, que los enjugan.
Y le extraño todo, como el cielo a las estrellas, en las auroras, cuando el sol las oculta.
Me conformo, porque no viene a besarme, contemplando a mis queridas violetas, tan delicadas ellas, como mi nostalgia.

Él, su ausencia elegida, es el delirio de mí misma, cuando ordeno mis pensamientos.

* Hasta que vengas *


Cuando el viento acaricia mi corazón, cuando duele en mis adentros tu memoria, quiero que seas sólo tú, quien lo acaricie, como anhelo.
Que si ausente eres de mis labios, miedo tengo de que me falten, pena siento de que no me beses, cuando te llamo, sin palabras.
Cuando no siento tu calor, cuando creo que me amas, cuando te tengo en un sueño de fantasía, quisiera que fueras tú.
Mi vida está sola sin tu luz, en mis pensamientos vuelas y sonríes, allí reinas majestuoso, como yo quisiera, desde que te sueño.
Estás en ellos, risueño, tierno y delicado, con mis manos en las tuyas, paseando por jardines que no existen, sino en mí.
Yo sé que un día entraré en tu vida y te daré mi corazón, como quisiera.
Sé que mucho tiempo ha de pasar todavia, que he de esperar con mi paciencia, a tu tiempo.
Sé que cuando en mis abrazos te fundas, conmigo, nadie ni nada te apartará ya de mí.
Tú eres mi destino, desde el día que te ví, en esta vida o en otra, si existe.
Mientras tanto viviré esperándote, para ofrecerte lo que sólo tú y yo, sabemos bien.
Eres mi gran amor, mi amanecer, mi cielo y mi felicidad.
Si no eres tú, no quiero más buscar, porque eres "mi él", estoy segura.
Siempre supe que eras tú, porque te presentí en otro tiempo y sin querer y despacito me enamoré como una niña.

Siempre tuya vida mía, hasta que vengas y me ames, como quiero yo.