14.12.11

* Contrapunto ( 10 ) *



Irene vaciló un instante, dio un paso atrás y puso la mano sobre la frente de Samuel diciendo:
  - No... Samuel, no, gracias pero no. Lo que ocurrió ayer por la noche, sólo fue una trampa que nos tendió el destino. Los dos caímos torpemente en ella, sabiendo que no hay un futuro para nosotros, entiéndelo .
Prolongar esta situación sería muy complicado y haríamos un daño enorme a nuestras familias.
No quiero que pienses que soy una aventurera de una noche, que se encapricha de un hombre y lo posee,  porque no es así de ningún modo. Te juro eres el único hombre de mi vida con el que he estado, aparte de mi marido.
Pero no... no nos engañemos, tu estuviste con Laura y yo con Leo, aunque fuera a través de  la otra persona.
Ni tu ni yo planeamos lo que sucedió,  fue maravilloso, nunca lo olvidaré, créeme Samuel,  pero esto debe terminar aquí y ahora mismo. 
Sinceramente creo que  los dos tenemos problemas de pareja graves; el tuyo no tiene solución aparente, al menos de momento y en mi caso las soluciones serían, sin duda alguna perjudiciales para mis hijos a los que adoro más que a mi vida, tú lo sabes.
Tenemos que seguir con nuestras vidas,  justo en el punto que las dejamos, nos debemos a ellos y así ha de ser.
Samuel eres un ser increíble y yo... te deseo toda la felicidad que mereces, pero yo no puedo dártela.
Adiós... he de irme ya. Me esperan...no me retengas, por favor y trata de entender todo esto.
Irene se giró sobre sus talones con el gesto demudado, aparentando toda la fortaleza y seriedad que requería tan trágico momento y echó a andar con ligereza, sin volver la vista atrás y desapareció de la vista de Samuel.
No quería en modo alguno que él viera cómo las lágrimas resbalaban ya por sus mejillas.
Él la siguió con la mirada, derrotado y paralizado, como un niño desvalido, sabiendo que no podía sino conformarse. Irene había sido tajante y correr tras ella no tenía objeto, apesadumbrado fue caminando lentamente al lugar donde embarcaría en un rato.
Se sintió como si de pronto veinte años le hubieran caído encima todos de golpe. Toda la pasión y la ternura de la noche anterior habían sido sólo un sueño maravilloso y lo recordaría durante mucho tiempo.
Irene enjugó sus lágrimas con un pañuelo y volvió atrás para mirarle  una última vez, sin que él la viera.
" Pobre Samuel ", pensó sin contener sus sollozos.
"Es el hombre más maravilloso que existe y yo le he tratado con una dureza que no merecía. Sólo espero que la vida le trate bien y que algún día entienda  que yo no tengo otra salida y entonces me perdone de corazón. ¡No... no puedo hacer nada...nada! ".
Trató de serenarse, respiró hondo , sacó un espejito del bolso y recompuso su maquillaje, nadie debía verla así, ni antes de subir al avión, ni por supuesto cuando llegara a su destino.
Tenía el tiempo del vuelo para tranquilizar su congoja  y cambiar a una actitud de haberlo pasado muy bien.
Pero cómo hacer para olvidar...si tenía todo tan reciente.
¡Cómo olvidar... si no quería!.

Continuará ...




 



7 comentarios:

  1. Nada ya no me gusta, espero que les hagas sufrir un poco pero, al final, les juntes, que no tengo ganas de tomar disgustos.

    Besos

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  2. Matizo: quiero decir que lo que no me gusta es que no se vayan juntos de la mano.

    Más besos

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  3. ¡Era de esperar!¡Demasiado bonito para ser cierto!
    Pero valió la pena.
    ¡Quien encontrase una Irene como esa maravilla!
    Me encanta y espero la continuación.
    Saludos
    Salvador

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  4. Bonito relato, como no, viniendo de tan maravillosa pluma.
    “una trampa del destino” para jamás olvidar.
    Un abrazo

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  5. Bueno... A ver... Como que le entra en celo "cagalón" ¿No? Yo, mi querida Inés, me hubiese despedido con la misma pasión que el día anterior. La pasión y la entrega no están reñidas con la despedida...¡Si de todas formas se iban a despedir! Pues hagámoslo con intensidad, no hace falta jurar amor eterno.

    Pero cierto es que el relato, literariamente hablando, ha de zanjar el asunto ante el miedo, el sentimiento de culpabilidad o la incertidumbre del futuro. La autora lo sabe hacer. Pero... pienso... ¿Tan malo es amar? ¿Existe una parcela propia de cada persona que tiene derecho a guardar? ¿O ha de irse por la vida a corazón abierto con los latidos a la vista? Me retrotraigo otra vez a Los Puentes de Mádison. Ella era una gran mujer, buena madre y él muy trabajador y buen padre... ¿Qué papel jugó ahí entonces Clint Eastwood? Y todo el mundo dice...¡Qué película más bonita! ¿Y si ella o él fuesen nuestra esposa o marido? ¿Qué?

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  6. Muy buena la narrativa.
    que estos días tengas unas
    ¡felices fiestas!

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  7. Vaya llegó el día de la despedida.Situación que ambos sabían amarga.Durante el viaje se encerraron en una maravillosa burbuja. De la que por fuerza ambos tenían que salir de ella y volver a sus crudas realidades.Cada uno con la dureza de su destino. Samuel a enfrentarse a con su problema e Irene a vérselas con sus fantasmas e intentar solucionar una situación con el mínimo daño colateral posible. El viaje ha sido una válvula de escape en la que ambos necesitaban ser lo que deseaban ser en sus sueños.Pero ambos se han de enfrentar cada uno a sus realidades. Esa situación ha sido un sueño,unas vacaciones unas vidas sin miserias donde todo es bonito y perfecto,todo de color de rosa,solo viviendo esa realidad del momento. ¿La vida real sería así?.En la realidad por bella que sea no se puede vivir de esa manera. Se ha de convivir con el entorno y ello ya conlleva otra situación,que por cierto no es la idílica del viaje. Yo creo que juntarles para ser amantes,no debería de ser .El sentimiento es demasiado limpio y hermoso para ensuciarlo de alguna manera. Y romper cada uno con su vida llevaría a arrastra cada uno sus miserias y ses darían cuenta de que no es lo idílico del viaje.Si no que sería otra manera de vivir. ¿Valdría la pena?

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