24.9.11

* La niña Rosa *

Muchos veranos como éste que ya agita su pañuelo y se despide, quedarán en la memoria de más de uno que no soy yo, el oír un nombre que por derecho se escuchaba, prendido en el aire, con el mismo soniquete y a las mismas horas, día tras día y mes tras mes, durante mucho tiempo.
Más de una docena de años han ido pasando para la niña Rosa, desde que su nombre se repitiera  por su madre cada atardecer sin faltar uno, hasta que la niña de aquellos entonces aparecía en la esquina del jardín, a contestar a su madre con su alargada queja adolescente:
- ¡Quéeee....... mamáaaa!.
Rayando la hora del noticiario televisivo, su madre salía al balcón, con su melena rizada y su cigarrillo rubio humeando entre sus dedos, echaba un vistazo a los que niños jugaban por abajo y como de costumbre, su niña Rosa no estaba entre ellos.
Cada día arañaba todos los minutos que podía a su madre, en el afán de aumentar su tiempo de asueto, pero la madre no cedía ni un sólo segundo y fiel a su costumbre obligaba sin querer a su madre a llamarla una y otra vez a grito pelado, hasta que aparecía.
Se hizo una costumbre asociar la hora de cenar a las llamadas de la madre a su niña, junto con las protestas airadas de Rosa  y la resignación de los vecinos del lugar.
La madre se iba poniendo nerviosa, cada anochecer en su balcón, porque la niña Rosa se le fue encarando y su docilidad acabó por desaparecer.
Dio paso a su adolescencia complicada, a  los gritos acostumbrados entre las dos, la una arriba y la otra abajo y a nadie se le ocurría hablar,  pendientes de la escena diaria, casi graciosa al vecindario, en el silencio del patio o detrás de unas cortinas .
- ¡Rosaaaaaaaa, que subas he dicho!,
 -¡ Mamá que aún es prontooo, que noo!,
- ¡Mira niña, no me hagas bajar,  mira que bajo, ehh!,
- ¡Ohú, omáaa, siempre igual!.

Al rato se oía a la madre batir  enérgica mente los huevos para la tortilla de patatas familiar, golpeteando con ritmo el tenedor contra el plato, mientras seguía gritando a la niña ya en casa para que aligerara  con la ducha y que estaba muy cansada de tanto bregar con ella y con la vida.
Luego de ésto, reinaba un oportuno  y ansiado silencio y cada uno seguía ya a lo suyo.
La niña Rosa no era amante de los libros, ni de ir a la escuela, más bien le preocupaba su larga melena castaña y tontear aquí y allá con los muchachos del barrio.
Su mirada era huraña, como si estuviera enfadada con el mundo, hasta que el director de colegio le recomendó a su madre que mandara a su hija a aprender un oficio, porque las letras y los números no eran lo suyo.
No le debió ir muy bien  a la niña Rosa y probó varios trabajos temporales, mientras se iba haciendo una mujer y la madre encanecía sin remedio aquellos rizos cordobeses, envidia por cierto de muchas vecinas.
Pero la madre no salió más al balcón a decirle que subiera volando a casa, Rosa trabajaba y se había hecho mayor.
Un día paseando por unos jardines del centro la vi y me vio, hacía mucho tiempo que le había perdido la pista.
No la había reconocido sin su larga melena, estaba recogiendo las hojas amarillentas de los jardines, enfundada en un mono color verde del Ayuntamiento y me quedé sorprendida, nunca la imaginé en un trabajo así, con lo estirada que era la madre.
Primero agachó la mirada casi con vergüenza y luego me miró esperando mi respuesta, pero no le dije nada,  le sonreí y seguí mi paseo sin volver la cabeza.
Desde ese día, pasaron otros más y cuando me la encuentro y me mira, ahora me sonríe y yo sigo sin decirle nada, pero le devuelvo la sonrisa.
Inevitablemente al acercarse las nueve de la noche, aún espero con nostalgia volver a oír a su madre llamarla, pero a esa hora Rosa ya está en casa y su madre ya no tiene que llamarla.







10 comentarios:

  1. ¡Uff!¡Me esperaba algo peor!.
    Por lo menos, Rosa tiene un trabajo honrado y se puede ganar la vida modestamente.
    No todo el mundo sirve para los estudios y todos los trabajos son necesarios y honorables.
    Uno siempre desearía algo mejor para sus familiares y conocidos, pero, al menos no es uno de esos adolescentes que caen en la droga, las pandillas, etc.
    En el mundo actual, casi te diría que tiene suerte porque hay un montón de chicas y chicos con las carreras terminadas y desesperados porque no encuentran trabajo.
    Si vuelves a ver a Rosa, detente un momento y dile una frase amable, seguro que lo agradecerá.
    Un saludo.
    Salvador

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  2. Un bello relato de una vida de una niña de barrio desde la niñez,en la calle disfrutando de los juegos de chiquillos y haciéndose mayor poco a poco . Después la adolescencia donde se prueba la fortaleza de sus progenitores,donde gracias a la formación no deja de ser una de tantas muchachas rebeldes en busca de su yo,para después del tiempo encontrar un trabajo normal, sencillo donde la vida le demuestra lo dura a la vez de monótona que llega a ser

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  3. El paso inexorable del tiempo, la vida marcando su ruta y su destino.

    Como Salvador me esperaba un final mucho más duro, me iba preparando para ello. Quizás es que la vida no trata así a todas las Rosa y no terminan como la tuya que, al fin y al cabo, tiene un trabajo y vuelve a casa cada noche...

    Un beso enorme, Inés.

    Lucía.

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  4. Hay hechos cotidianos que a veces marcan un horario del que no podemos desprendernos, bonita historia.
    Un beso

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  5. Que historia mas conmovedora, Ojala todas las historias que leo por aqui tuvieran un final feliz. Me agrada tu blog., si me lo permites me quedo por aqui para seguir conociendote. Muchas bendiciones y Adelante escribes muy bien.

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  6. Vengo del blog de José Antonio y me llamó la atención tu comentario. Por lo que decidí pasar tu casiña y con tu permiso he decidido quedarme en esta morada... Puedo?

    Un placer pasar por este espacio. Nos vamos conociendo.

    Un abrazo.

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  7. Hola en un nuevo pots he colocado el nombre de Ines. Me parece que no es bien bien lo que tu quieres, pero alomejor te gusta alguno. Creo que tengo más, pero tremendo lio tengo que no los encuentro.
    Saludos.

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  8. Hola vuelvo a ser yo, ja, ja, ja... no se porque motivo no me deja comentar con mi perfil.
    Mi blog es: http://mifelicidadllevaescritotunombre.blogspot.com/
    Maribel.

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  9. La infancia que se va y los recuerdos que vuelven...

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  10. hola ines este comentario es un poco personal.Pilara esta persona que te ha escrito es una querida amigas mis.¿recuerdas que te lo comenté que era paisana tuya? ademas de mi profe de ingles. Es una excelente mujer,a la que te recomiendo como amiga.A ella que ha hecho un blog,le dije donde estabas y la mujer ha puesto una frase.Solo me extraña pero ya ha comenzado.Así que si quieres entrar en contacto te daré el suyo. Tu mejor que nadie sabes lo que se agradece un comentario por nimio que sea.Espero que ambas os lleveís bien y comenceís una buena relación

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