2.2.12

* Contrapunto ( Epílogo 2º ) *






Los años pasaron también para Samuel, dedicado por completo a cuidar de su esposa, de su familia y compatibilizarlo con su trabajo, hasta que llegó el momento de su jubilación, hacía pocos meses.
Laura había fallecido dos años atrás,  recostada en su diván, una tarde de primavera mirando al infinito por el amplio ventanal, sin despedirse de nadie.
Su muerte fue como la de los atardeceres en una playa, apagándose poquito a poco, sumergida en sus sueños y sus recuerdos.
Su alma voló libre como una paloma blanca y desapareció en el horizonte para siempre.
Samuel supo que ella ya no estaba con él, que ya no miraba cómo florecían las flores del jardín y siguió viviendo con coraje junto a su familia, amigos y compañeros.
Acomodó su vida a la nueva situación que se le presentaba, sin dramas.
Sus hijos se habían independizado ya y tenía una nieta de seis años que charlaba por los codos, Laurita, de la que se encargaba, mientras su hija trabajaba. Necesitaba ocuparse de ella, de sus deberes y de enseñarle con amor, igual que hiciera con sus hijos.
Era una niña preciosa e inquieta, no paraba de hacer preguntas a su abuelo de las cosas más insospechadas y su abuelo la sentaba sobre sus rodillas y le contestaba acariciando su cabecita.
Laurita se prestaba con agrado a ayudar a su abuelo a ordenar viejos papeles, alguna tarde que otra y le preguntaba abriendo sus grandes ojos:
- Abuelo, ¿ ésto que es ? o ... si no lo quieres, me gusta para mí.
Era una cajita diminuta de tarecea de Siria y en su interior había un colgante, aquel que le había regalado con tanta ilusión a su mujer, elegido por Irene en su viaje a Holanda.
Samuel nunca olvidó a Irene, pensaba en ella con ternura, mientras acariciaba la joya y los recuerdos parecían revivir con su contacto.
"Que mujer mas extraordinaria e inteligente", pensó, " estaba en un momento muy complicado y parecía tan frágil ". 
Me dejó con la miel en los labios, pero  ella tenía razón, yo ... no tenía derecho a entrar en su vida, todo hubieran sido problemas para los dos y demostró una gran fortaleza al zanjar nuestra relación apenas había comenzado. Lo nuestro era imposible, pero era tan bello ...
Sólo deseo que esté bien y que sea feliz, se merece lo mejor de este mundo ".
Samuel había hecho estas reflexiones incontables veces, a lo largo de los años y se sentía en paz, imaginando que todo le iría estupendamente.
- ¡ Abuelitooooooooooo !
Laurita entró como una tromba al despacho de Samuel, con la boca llena de migas de pan, se subió a sus rodillas y le llenó de besos al abuelo, mientras éste dejaba en la mesa el periódico que intentaba leer.
La asistenta venía detrás de la niña y sonriendo le dijo:
 - ¡ Ay señor Samuel, esta niña es un bichillo, le dije que acabara de merendar y mírela,  salió corriendo, quería darle un beso a usted, no me hizo caso!.
¡ No se preocupe mujer, usted y yo sabemos que la niña tiene el mismo carácter que su abuela, sus mismos ojos negros y es mi debilidad, ya lo sabe usted !.
" Abuelo, abuelo, estoy merendando ese queso de la bola amarilla que tanto te gusta a ti ".
" Abuelo, ¿qué leías?. 
"Miraaa abuelo, mira aquí, ¿ahí hacen el queso que me estoy comiendo?.
Laurita se refería a un anuncio a todo color con fotografías típicas de Holanda, molinos, barcos, canales, quesos y unos zuecos.
Mira - dice él - Holanda es el país donde hacen el queso que te estás tomando.
Samuel leyó algo que le llama poderosamente la atención: Oferta de viaje a Holanda, consta de cinco días y cuatro noches, en prestigioso hotel de cuatro estrellas, fecha de Semana Santa. ¡ En el mismo hotel donde estuvo !.
Pensó un instante en aquellos días tan maravillosos y el recuerdo de Irene se hizo más vivo en intenso que nunca.
La voz de su nieta lo sacó de la ensoñación y le dijo: ¿ Vas a ir a Holanda abuelito?.
Sin pensarlo casi, le respondió espontáneamente:
¡Sí, Laurita, voy a repetir un viaje que me gustó mucho, cuando tu aún no habías nacido, quiero recordar lugares muy bonitos y algo muy muy especial !.
¿Me traerás unos zapatos de madera como esos que hacen “cloc” “cloc” al caminar?
¡Claro, tesoro mío, te traeré los zuecos mas bonitos que encuentre!
Ahora déjame  un momentito cielo, que voy a telefonear a la agencia de viajes.



Sentado en el terminal del aeropuerto, como aquella vez, esperaba que anunciaran su vuelo.
Samuel pensaba si volver  a Holanda había sido realmente una buena idea. Por un momento vaciló, quizá se sentiría muy solo y tal vez su decisión había sido precipitada.
Intentó en vano concentrarse en la lectura del diario, estaba inquieto y un sexto sentido le obligó a levantar la vista y creyó sufrir una alucinación.
¿ Estaba soñando o realmente eran cierto lo que veía ?.
¡Era ella!, ¡Era Irene!.
La maravillosa mujer que le ayudó con sus recuerdos a no derrumbarse estos ocho largos años, corría hacia él, con sus ojos brillantes y una inmensa sonrisa. ¡ Era su dulce y amada Irene !.

La megafonía anunció por fin la salida del vuelo hacia Amsterdam.
Irene y Samuel volaban juntos.





"La casualidad no existe y lo que parece un accidente a menudo viene de las fuentes hondas del destino" 
( Johann Christoph )


                        


                                               Fin


10 comentarios:

  1. Ay que me da algo (un subidón de azúcar de esos que dicen mis hijos con la literatura romántica, jaja). ¡Preciosooooooo!.

    Besos

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  2. Que se me ha olvidado decirte que yo tengo una cajita como esa pero más grande ¡qué casualidad, ¿no?!.

    Más besos

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  3. Termino feliz, lo intuia, no sabia como, pero termino feliz, ahora que pienso......, no, noooooooooooo, mejor no pienso. un abrazo

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  4. Felicidades Inés, un relato excelente.
    Mi enhorabuena.
    Saludos.
    Salvador

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  5. Rompo mi norma de no contestar a vuestros comentarios, para daros las gracias a todos, los que leísteis día a día este relato.
    Os leía emocionada y tuve en cuenta a todos y cada uno para dejar en el escrito un poquito de todos vosotros.
    Un abrazo enorme en la distancia.

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  6. Bueno..... así fue. Así ha sido y así había de ser. Lo poquito de mi lo dejé en mi anterior comentario. Las pistas estaban claras y una historia para que no peque de falta de ética, que de alguna forma se quería mantener aún siendo imposible, ha de limar obstáculos y ser práctica y limpia que es lo que la autora pretendía.

    Bien por la impronta final del reencuentro en el aeropuerto. eso sí ha sido "inesperado". Buena chispa. Pienso que la mayoría nos habíamos dejado caer sobre esa llamada telefónica en un instante dado.

    Enhorabuena, Inés. Nos has complacido desde la emoción del relato, el arte de la escritura y lo gozoso de la cultura.

    Con cariño,

    José Ángel

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  7. Ayy!! es un final precioso y no podía ser otro!! Lo he leídoemocionada.

    Existen personas que han de vivir juntas no importa el paso del tiempo, es: "el destino".

    Besos!

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Como verás Inés,todos los que te leemos hemos estado con ansiedad esperándo tu relato. Escrito de una manera magistral y deliciosa. Cada uno de nosotros (estoy seguro de ello) nos hemos sentido de alguna u otra manera Irene, Laura, Leo o Samuel. A mí por lo menos me has hecho vivir a veces en primera persona en lo referente a la intensidad de sentimientos, a la manera de creer en la gente, en la amistad y en el amor Esos sentimientos que se han de cultivar día a día.Además creo decir en nombre de los anteriores comentaristas que era el final. Deseado y descrito de esa manera. Dicen que hay cosas que son del destino y yo no pienso asi. Nuestro destino lo forjamos nosotros con nuestras actitudes para con la vida. En este caso ambos personajes han pensado lo mismo inconscientemente. ¿Se habrá separado Irene? ¿Habrá fallecido Laura? ¿ Y si va a este viaje por recordar,por si voy yo...?. ¿ Y si....? dentro de sus ¿/Y ... sies se cumplen?. Dentro de si, de su ánimo eran tantas las preguntas que ambos deciden repetir viaje. Cada cual deseamdo en su fuero mas interno que sus premoniciones sean verdaderas. Que su ilusión se haga real. Ser románticos (lectores)despojaros de esas vestiduras que os hacen ser lo que a veces no quereis. Notar con cariño la explosión de amor, cariño y afecto que ambos sienten en esa primera mirada. El corazón desbocado dando rienda suelta a unos sentimientos ocho años guardados. Después vendrá el pensar racionalemnte como "adultos que son". Pero ahora dejemóslos pensra como son en realidad Irene y Samuel. Acabado esta comentario dejarme hacer una apostilla. Inés por favor y creo hablar en nombre de los que te seguimos. O en el mío propio no quiero ser abanderado de nadie y arrastrarlo donde no quiera. Intuyo que tu vida ha dado un cambio por la tardanza de relato a relato. Como quiera que sea no dejes de escribir, dedica a tu pasión un tiempo al día con tranquilidad y serenidad escribe. No dejes de hacerlo,aunque no lo creas te hace falta el hacerlo pues aquí eres tu misma y vuelas por donde quieres. No te quitss tus sueños, tus irrealidades si asi lo quieres llamar. Lo que te pido es que no dejes de escribir, para mi al menos es una ilusión el leerte.Solo te pido que esto no sea un punto y aparte o un punto y seguido. Ni tan siquiera un dos puntos o punto y coma, Que sea sólo una coma y... pequeñita por favor.Ines hasta muy pronto. Saludos

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  10. la hora de mis comentarios no son la real.Ahora son mas 10.13

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