23.8.11

* Viaje *



Un día, señalado en el almanaque entre todos los demás, nacemos a la vida e iniciamos un lento aprendizaje, al ritmo que nos imponemos y somos caminantes de una senda en la vida.
Absorbemos todo cuanto queremos y podemos, con curiosidad y alegría.
Luces, colores, alimentos, lluvia, puestas de sol, conocimientos, hobbys y vivencias de todos los matices, van conformando y modelando nuestro interior.
Los ojos son la ventana a ese mundo, que nos muestra  multitud de oportunidades para aprender, como podemos y queremos.
Nuestro carácter se va  construyendo con unos pilares importantes. Cada cual tiene los suyos y ellos son los que en nuestra madurez nos sostendrán y ayudarán ante situaciones que son nuevas para nosotros.
Tratamos de ser, parecer e ir avanzando en la vida con unas metas más o menos alcanzables y con un fín único, ser felices.
La felicidad se logra de muy diversas maneras, tantas como individuos somos, pero suele suceder que el viaje hacia esa dicha, pone algo parecido a pruebas, que truncan o hacen más difícil ese estado tan perfecto.
De pronto, nos vemos como niños perdidos ante una situación que no manejamos, hacemos lo posible por conocerla y retomar el camino y un día nos damos cuenta de que pudimos salir airosos de ella.
Hay muchas trabas en nuestra andadura:  problemas económicos, enfermedades, relaciones que acaban,  que nos hacen parar en seco en nuestro plácido camino.
Nos replantearnos muchas actitudes propias y ajenas y nos vamos adaptando a lo que nos sucede en ese momento.
Se trata de afrontar y luego resolver lo que nos sucede y convivir con ello, como un componente más de nuestro equipaje, que a veces pesa poco y otras demasiado.
Tener prendida esa luz interior, la de la felicidad, ayuda a caminar mucho mejor que andar a ciegas, en soledad y oscuridad permanentes.
Nuestros cuerpos se cansan de funcionar a pleno rendimiento y comienzan los dolores y la enfermedad y debemos estar preparados y hacernos amigos de ella.
Llegar a ese punto, el de amar y no odiar la falta de salud es un ejercicio de voluntad y positivismo, una lucha sin cuartel, para que no ser vencidos por el desánimo o la desesperación.
Todos llegamos antes o después a ese día en el que somos protagonistas, directos o indirectos de una enfermedad que cambia de golpe todo y trastoca nuestros planes venideros.
Duele, aunque no sea a tí a quien le pasa y le quieres mucho.
Duele porque no puedes darle un poquito de tu salud, para su alivio o curación.
Duele cuando las cosas no van como pensábamos que serían y se recae.
Duele cuando no puedes coger su mano y acariciar su frente, cuando sufre y calla.
Satisface mucho saber que confió su dolor a tí como amig@.
Gusta cuando ves o intuyes sus sonrisas y su restablecimiento.
Encanta saber que tus palabras de apoyo, tus visitas y tus letras escritas con el corazón, fueron una medicina para su alma.
Conforta saber que la lucha ante la enfermedad es compartida, dure lo que dure.

El humor, la complicidad con los demás y la valentía ante ella, nos ayudan a sobrellevar en definitiva, ese viaje por la vida que nos toca.

El hombre es un aprendiz y el dolor es su eterno maestro.    ( Alfred de Musset ).




8 comentarios:

  1. Nunca, por mucho que lo intenrara, podría hacerme amiga de mis dolores y mi enfermedad, jamás podría amarla sino todo lo contrario, la odio con todas mis fuerzas y creo que, precisamente eso, es lo que me hace no caer en la desesperación.

    Si la amara estaría admitiéndola en mi vida y eso jamás lo haré. Y cuando grito y pataleo y le digo que la venceré sé que las posibilidades que tengo de hacerlo son ínfimas, por no decir nulas, pero seguiré odiándola, siempre, para mantenerla a raya y para que sepa que lo que nunca podrá quitarme es el resto de mi vida porque yo, aunque sea una grosería decirlo, tengo más huevos que ella.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Todos los días me propongo no volver a pernoctar en este lugar,pero una y otra vez vuelvo atraido por esas letras que juntas me envuelven y algo remueven en mi y es ése algo el que me hace volver una y otra vez diciéndo.! Mañana no vuelvo!.Sin dárme cuenta que eso es vida.A mi edad,que es mucha,he de buscar en aferrarme a algo que llene un espacio en mi vida ¿Es éso felicidad?.Si es asi son pequeñas cosa que te alivian de los pensamientos negativos.Ser positivo no es nada fácil requiere un ejercicio de conciencia dificl a veces de sobrellevar,pero que a la larga te hace ver las cosas de una manera más sencilla y llevadera.Dices de amar a la enfermedad y eso es imposible,pero no creo que odiarla sea la solución.Lo que hay que hacer es no resignarse y morder a la enfermedad,enseñarle los dientes y tener la fuerza de voluntad de vivir con ella despreciándola,no dejando que te apabulle.Vivir la vida es no pensar en la muerte como un fin es aceptarla como una cosa natural dicen que para nacer hemos muerto antes pues cambiamos una manera de vivir por otra y la muerte es un estado natural en el que algunos piensan que se pasa a una vida mejor más plena.Aunque parezca mentira la vida te dá lo que tu le dás.Enfermedades,vejez,juventud.Todo forma parte de ella.No es sencillo vivirla pero vale la pena intentarlo a pesar de sus sinsabores.Inés gracias or estar ahi

    ResponderEliminar
  3. Evidentemente el camino de la vida es difícil y tortuoso.
    Por cada momento de felicidad suelen haber unos cuantos de dolor y de amargura.
    Las molestias físicas y tambien los desengaños sentimentales nos desgastan y nos llevan a veces casi al punto de la claudicación.
    Pero siempre hay una lucecita al final del túnel, hemos de intentar con todas nuestras fuerzas alcanzarla.
    Saludos.
    Salvador

    ResponderEliminar
  4. Hola

    Me llamo Alejandra y soy administradora de un directorio web/blog y me ha gustado mucho su sitio.

    Me gustaría contar con su sitio en mi directorio, a cambio solo pido un pequeño enlace a mi página de películas, ¿Qué le parece la idea?

    Mi correo es: ale.villar@hotmail.com

    Un beso! y SueRte con su BloG!
    Alejandra Villar

    ResponderEliminar
  5. Inés
    Primero que nada, gracias por tus palabras en mi blog.
    Con respecto a tu entrada, te diré que al menos yo creo que es un deber pelear por nuestra felicidad, y es una lucha diaria, sorteando los escoyos de todo tipo , que se nos presentan en el camino y aunque es cierto, que por cada momento de felicidad, debemos pagar lágrimas de dolor, igual lo pago, porque cuando tengo esos breves momentos de felicidad, los disfruto a fondo, sin dejar escapar ni un solo instante...
    Besitos en el alma, guapa!
    Scarlet2807

    ResponderEliminar
  6. una vez más, calida, reposada y sugerente escritura sobre y para la vida.
    saludos blogueros, Inés

    ResponderEliminar
  7. Parte 1-
    Eres un manantial de primavera. De ti brotan los sentimientos plasmados en letras y mi cuerpo, sediento de muchas de las emociones que te son usuales, no es capaz de empaparse de tanta sensibilidad como generosamente quieres compartir.
    La lluvia, las vivencias, las puestas de sol... tantos y tantos momentos enriquecedores me hacen sentir como la foca del circo que gana su ración de sardinas dándole vueltas a una pelota de colores que no me pertenece. ¿ Sabes ? pienso que, muy probablemente, lo que más haya absorbido en mi existencia, hayan sido los mocos.
    Casi nunca acabo de identificar la vida que yo vivo con aquella de la que habla la mayoría de la gente.
    Mis días suelen ser como los de una tienda de barrio cualquiera. Se alza la persiana metálica por la mañana y se baja al anochecer. Con tiempo para comer, en casa casi siempre, con las premuras que ello supone. Hablo, cada vez menos, como casi todos, de los problemas de los hijos y de la parienta y los sumo a los que yo ya traía. Cuando se baja la persiana hay que preparar los pedidos del imaginario comercio, reponer material, ver si aquella oferta que me ofrecieron es realmente interesante, tomar una caña con los amigos, cenar etc. etc. Entre medias charlamos algo con unos y menos aún con otros, regalamos cuatro saludos con apenas unos ...nosdías ! o ...nastardes ! o un ...taluego ! y si se tercia, vendemos una rosca al estilo tocomocho. Veo la tele para enterarme, entre otras cosas, de la vida de los familiares y seres más queridos. Parientes con los que verdaderamente sufres sus problemas y vibras con sus alegrías( esto es, la Belén Esteban, el Kiko Matamonos, la Patiño, la Rosa Bonita, etc. etc. ). Esta familia que se ha subido de un tiempo para acá a nuestros domicilios, que realmente importa ya que nos llenan los ratos de ocio y más bien desidia que quieren abotargarnos y no esa parentela que nos tocó por azar al nacer. Que no sé ¡qué carajo ! le pasa ahora en la vesícula a mi hermano o que si se ha quedado sin trabajo mi cuñado y por si las moscas, te avías de prisas y recados no vaya a ser el demonio que se te cuelgue de la manga de la camisa. Familia, la del parentesco, que solo te llama para dar las últimas puntadas al traje de madera de sus suegros o para sablearte el pecunio invitándote a la boda de uno de sus hijos ( ¿ mi sobrino ?...ummmm ! ya no lo sé fijo ). Hay que clickear en el pc ( ¡ qué bien queda ! ), hojear la strawberry, ( ¡ perdón, perdón !, que eso eran los chicles de mis años mozos, me traicionó el subconsciente, la ¡¡ blackberry !! ), retorcer el gesto al comprobar que el saldo de la cuenta tiene a estas alturas del mes más espinas que pescado para comer. En fin, un sinfín de vicisitudes. Me acostaré y daré con la reina de mis aposentos un último vistazo a ese gran hermano en que se han convertido nuestras casas, con la suerte ¡ todo hay que decirlo !, que las imágenes solo vienen y nuestras vidas no se proyectan al resto del mundo. Me azara hoy " la " Lydia Lozano porque ha llorado ¡ mucho ! y el JMJ Vázquez aún no ha regresado de las vacaciones. ¡ Cuán larga se hace su ausencia !. ( Jorge Mucho Javier son las iniciales del presentador, no me refería al otro Sálvame de la semana pasada en Madrid ). A todo esto mis ojillos ya casi no atisban las agujas que marcan las dos y media en el peluco. ¡ Joerrrr !.
    De la la familia Telerín y los Chiripitifláuticos del chat como no es mi página haré mutis por el forro (sí, digo bien ). Otro Sálvame Diario ¡ Jesús qué cruz !. Esta familia ( la chatística ), dicen que señala hacia donde se halla la felicidad ( porque se han bañado en ella, creo ) y vienen con la idea de indicarnos el camino. ¡ A ver si me encuentro el dedo de Mourinho señalando ( y no el camino, precisamente ) !.

    ResponderEliminar
  8. Parte 2-
    Tulín tulínnn... tulín tulínnnn....Con la mano izquierda apalpo en la oscuridad más absoluta, acallando como puedo el soniquete del teléfono y surfeo unos efímeros minutos más con Morfeo. Tulín tulínnn...tulín tulínnn. Ahogo nuevamente el zumbido que ya empieza a ser molesto mientras alzo a duras penas un párpado y por el agujero de la persiana veo que ya hay luz fuera y ...Tulín tuLÍNNN...TULÍN TULINNN viene a la carga el sonido estresante. Ahora sí que se ha acabado el sueño. ¡ Arriba muchacho ! que la fotocopia del ayer la tienes lista para hojearla hoy y la del mañana será la misma del anteayer que viene siendo la que te aguarda hoy.
    Burruuuuuuiiiiuuuuu ! me afeito mientras repaso mentalmente lo que tengo pendiente... ¡ Cawen diez !. Las galletas que me quedan son las que no quisieron los chicos y ¡ que no saben a nada !. Doy un alto a la maquinilla eléctrica mientras voceo ... "¡ Anaaaaa !!!!! levántate que son ...y cuartooo ! " . Revuelvo el " zumo " de agua caliente con achicoria y me decido a afrontar de una vez mi día a día. Como Miguelito, el de Mafalda, cuando colocó el póster en su habitación : " No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy ", decía : ¡ Desde mañana empiezo !. Así quisiera hacer yo, mientras me encamino hacia la puerta de casa.
    Bajo al bar y mientras hojeo la prensa revuelvo la felicidad con la cucharilla, como quien no quiere la cosa y le doy un sorbo al café. Café que cada año que pasa, curiosamente me recuerda más a las chicas de 18 que se van quedando, también como cada año que se va, cada vez más lejanas.
    ... Y vuelvo a levantar la persiana del comercio un día más...

    Y me desorienta el dolor y me aturde. Me ofusca la enfermedad y me agobia la que padecen los demás. Quizás porque no le he visto personalmente, por alteración grave de la salud, los cuernos al morlaco. Me deterioran moralmente las ausencias definitivas de un ser cercano. Me azora hasta el infinito el padecimiento ajeno. Y mi reloj se dopa con una facilidad pasmosa a medida que el almanaque descuelga las hojas de los enfermos, cayendo los meses como si fuesen semanas e incluso, tan solo días. Como se desprenden las hojas de los árboles caducifolios al llegar el otoño así se van seres queridos, poco a poco.
    Entiendo, comprendo y envidio que tu mano sea la caricia urgida por el sufrimiento ajeno y seque el sudor del calor que ahoga. Te envidio porque nunca he sabido hacerlo y me zahiero ante conductas como la tuya, que son ejemplo positivo. Ahora y cuando surge el recuerdo de las ausencias.
    Me emociona cuando haces de los silencios forma de expresión que alivia y bálsamo en que tu afecto se torna.
    Como en todo viaje, en la vida unos van en avión, otros en tren, los más en coche y también en barco y quienes, su tránsito es un caminar diario a pie. Y aún andando se puede ir por fronda verde que sosiega, por páramo que templa o por desierto que ahoga. Y desierto, sin sentido ni orientación, donde solo se acumulan la arena y la sed es para alguna gente, por desgracia, la vida. ¡ Cuánta suerte tenemos los demás !.

    Manantial de primavera eres Inés.
    Un abrazo solidario.
    Youtube Leilía Hei de estar alí.
    Algo triste, pero me recuerda a la gente que está donde más se necesita. Como tu, Inés. ( Estaré allí es la traducción ).

    ResponderEliminar