10.8.11

* Princesa mía *



Mi princesa está triste, pero yo estoy con ella y encontraré sus sonrisas poco a poco.

Todo su mundo de amor se derrumbó un día, sin avisar, como un castillo de naipes, se vino abajo.
Ahora le toca vivir un tiempo que se perdió, porque el mismo amor le hizo correr, siendo casi una niña.
Entregó su corazón adolescente sin reservas hace mucho y su amor fue creciendo alegre y maduro.
Como una rosa temprana, engalanó sus pétalos de terciopelo uno a uno, arraigando sus ilusiones en un futuro compartido.
Soñó con una felicidad de caramelo, perfumada de besos dulces y mimada con celo infinito.
Fue todo, por y para su amor, renunciando a muchos momentos que debió vivir siendo la protagonista de la vida.
Confió en él porque lo quería , sin pensar que se equivocaba, de sueño, de amor y de galán.
Hizo planes muchos y  distintos, de mujer y madre, de mujer realizada, pero siempre con su príncipe elegido.
Sus ojos brillaban como dos luceros cuando imaginaba el fruto de su vientre, que aún no había despertado a la vida de madre y me lo contaba.
Yo callaba y esperaba tranquila el desenlace,  sabiendo que sus ilusiones eran preciosas pero inconsistentes, aunque también yo podía equivocarme.
Estaría para acogerla en mi regazo y besar su frente si lloraba, porque su elegido se iría como el humo por las nubes, cualquier tarde del verano.
No quise despertarla de sus sueños, ni razonarle que su amor era corto para ella , callaba siempre.
Un amor es muchas cosas, cuando se ama, una  mujer entrega el alma, sí, pero hay que recibir la misma dosis de afecto,alimentar la relación unificando planes que se encajen y se entiendan.
Está triste y lo esperaba , casi desde su primer beso, lo vi claro en mis silencios.
No sonríe apenas, pero es fuerte como una roca y olvidará, cuando le dicte la vida.
Mi princesa es valiente y sabe amar en cinemascope, sólo es cuestión de esperar  a que curen sus heridas.
Encontrará el amor de sus amores, un amor a su medida  y ese tiempo aún no  ha llegado.
No ha de buscar, sino esperar y yo estoy con ella en su letargo de princesa dolorida.

El corazón no se pierde, ni se quiebra para siempre, sólo duele y queda dormido hasta que sana, princesa mía.





6 comentarios:

  1. Se le pasará y encontrará a su verdadero príncipe. Y sé que ahora, en estos momentos difíciles, la "Reina madre" está, más que nunca, muy pendiente de ella, dándole su apoyo hasta con silencios elocuentes.

    Besos

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  2. Como de costumbre sabes encontrar las palabras idóneas para haceR de una triste y sórdida historia una narración dulce y llena de sensibilidad. Me descubro ante ti por dominar el lenguaje de esa manera tan natural y sencilla gracias por hAcerme participe de tus escritos, ne sirveN para aprender y a la vez confortares espiritu.Mi mas sincera enhorabuena

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  3. Siempre detras de una princesa dormida en sus sueños de mujer -niña ,hay un principe que en su caballo blanco alado vendra a despertarla de ese letargo ,con un beso sabor a caramelo y esperanza .
    Y volvera la vida y los sueños rotos ,se convertiran en pedacitos de felicidad que se iran uniendo poco a poco para dar un nuevo amanecer lleno de nuevas ilusiones y amor .
    Los brazos del amor que la rodean y la protegen ,pronto se abriran para dar paso a nuevas alas y volara hacia el camino que la marque su principe azul.

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  4. Estoy de acuerdo con el comentario de Maria, tu estaras ahora COMO UNA MAMÁ Y UN BEBE. UN ABRAZO

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  5. Es triste, pero los desengaños son una de las fases del aprendizaje de adultos.
    ¿Quien no tuvo algun desengaño en su juventud?
    Y esto vale tanto para princesas como para príncipitos.
    ¡No te preocupes! Es una de las muchas pruebas por las que pasará en su vida y cada una le dejará una pequeña cicatriz, pero le hará mas fuerte y mas adulta.
    Ahora solo tienes que ofrecerle todo tu apoyo, tu amor de madre y convencer al resto de la familia para que le animen y la distraigan.
    Quizá un pequeño viaje le vaya bien. con sus mejores amigas, sus primos o hermanos.
    De todas formas, no hay mal que cien años dure ¡Y menos mal!
    Léele el poema de Rubén Darío que es precioso o ponle la vieja canción "Muñequita Linda" -Hay una versión de Plácido Domingo insuperable-.
    Un saludo y mis mejores deseos para esa princesa.
    Salvador

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  6. Todo esto forma parte de la vida, G.D. te tiene a ti para apoyarla. No hay mal que por bien no venga. Un abrazo para la princesa y la madre. Martha.

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