7.11.11

* Contrapunto ( 4 ) *



Irene no tuvo remordimientos en ningún momento al irse de viaje, no se trataba de dar una lección a Leo, su marido. Tan sólo buscaba un tiempo distinto para sí misma, unos pocos días para salir de la rutina tan perfecta que era su vida, lejos de su entorno.
No tenía más motivos que respirar  aires nuevos y quizá mimarse un poco, sola y disfrutar del viaje.
Con esa reflexión durmió su primera noche en Holanda, exhausta por las emociones de su pequeña travesura.
Aunque se levantó con el tiempo suficiente para arreglarse tranquila, al bajar a desayunar vio que el comedor del restaurante estaba casi al completo.
Había una sola mesa vacía, caminó resuelta hacia ella y tomó asiento. Mientras Irene miraba con cierto disimulo a los demás huéspedes desconocidos, desplegó su servilleta y pensó que tras ésto buscaría a los miembros de su grupo en el hall del hotel, tal y como habían quedado.
Reconoció a uno de ellos, ahí de pié con la bandeja de buffet, pero no habían cruzado palabra hasta ese momento y vio que se dirigía hacia ella.
Lógicamente buscaba una mesa donde desayunar, igual que ella.
Él le dió los buenos días y le preguntó: ¿ Me permite acompañarle señora?.
Irene esbozó una sonrisa y le invitó a tomar asiento frente a ella, parecía muy correcto y no había ni una mesa libre, así pues compartirla juntos no le suponía ningún problema.
 - ¡Cómo no, siéntese, estamos en el mismo barco!
Samuel era sevillano e Irene ovetense, dos caracteres muy distintos, dos vidas muy distintas, un país extraño y una sola mesa.
Entablaron un diálogo alabando la calidad del desayuno, pastelillos, bollos tiernos y especialmente las bandejas de quesos variados. Las trufas de chocolate eran el delirio de Irene y le comentó a él riendo que seguro cogería algún kilo de más si comía todo aquello.
Samuel notó que aquella mirada algo triste que tenía Irene cuando la vio en el aeropuerto, había desaparecido mientras desayunaban.
Irene era alegre y comunicativa y eso haría que el viaje fuera mucho más ameno.
El día era estupendo, aunque teniendo en cuenta una posible lluvia intempestiva, llevaron gabardinas y paraguas plegables.
Recorrieron la ciudad en una nave de recreo, sin importarles demasiado los demás pasajeros.
Samuel tomó asiento frente a ella y le comentó: - ¡Ahora si que estamos en el mismo barco!.
Irene sonrió asintiendo a Samuel con una carcajada que le ensanchó el alma.
Navegaron lentamente por unos canales muy estrechos, pasaron bajo varios puentes hasta llegar al gran río Amster, con barcos enormes y puentes levadizos, para pasar de un lado al otro.
Las casas alineadas eran de una estética admirable y el uso de bicicletas parecía algo muy usual, como transporte. Cientos de bicicletas similares iban y venían en ambas direcciones y existían aparcamientos multitudinarios para tal fin.
Samuel e Irene comentaron cómo podrían ser capaces de identificar su bicicleta sin confundirse con otra los propios lugareños.
Siguieron su ruta hasta visitar el memorial de Anna Frank, la niña judía y su famoso diario sobre la persecución nazi. Irene le dijo a Samuel que lo había leído de adolescente y que le había impactado mucho.
Llegaron en un paseo al centro, repleto de grandes almacenes y tiendas de souvenirs, joyerías de costosos diamantes, engarzados en oro brillante.
Samuel miró instintivamente las manos de Irene y se fijó que solamente llevaba una alianza de boda, sin más adornos.
No importaba nada, eran compañeros de viaje y estaban disfrutando juntos.
Samuel se sentía bien a su lado y no esperaba nada más de aquellos días, que la idea inicial con la que vino, recuperar su estado de ánimo.
Irene sin proponérselo, lo estaba consiguiendo.

Continuará...













10 comentarios:

  1. ¡Esta historia se pone cada vez mas interesante!
    Visité Holanda hace unos años y estoy recordando las imagenes de ese país tan especial
    La mayor parte del territorio se ha ido ganando al mar con el esfuerzo de sus habitantes, construyendo enormes diques (Dam) y desecando el interior para colocar tierra vegetal y cultivar pastos para el ganado, a estos terrenos les llaman Polders.
    El Aeropuerto de Amsterdam está 8 metros bajo el nivel del mar y los famoso molinos no son para moler cereales, mueven ruedas con cangilones que extraen el agua y equilibran el nivel entre canales y hacia el mar para evitar inundaciones.
    Permitidme que aproveche esta ocasión para animar a todos los lectores de este Blog a que aporten sus opiniones y comentarios.
    Un saludo.
    Salvador

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  2. La historia se pone interesante, pero leo peligra jajaja. Un abrazo

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  3. Como siempre sabes narrar de una manera que atrae, mimas la curiosidad del lector hasta el extremo de hacer que de una manera sutil atrapar su atención,lo equilibras preparas y después cuentas,narras,relatas.Cuando ya lo tienes lo coges de la mano y lo haces navegar por tus sueños,por lo que quieres escribir,lo haces de manera tan natural que parece natural.Aquella narrativa que parecía tan distante y a no lo es. Como te he dicho lo haces que parezca vivo. Ella (eres a mi parecer una pilla),la haces parecer feliz,pero feliz quizás (a mi parecer)de una manera algo ficticia,cómoda. Me hace el efecto que interiormente Inés no es tan feliz como ella cree,o al menos necesita de una manera ser feliz de una forma distinta,no busca una aventura,no.No lo veo yo así.Creo que busca la intemporalidad de algo que ni ella misma sabe.Por ello estoy intrigado para ver si mis sensaciones son esas y acierto con la realidad de este bello divertimento.De verdad este rato para mi es impagable

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  4. Me he leído los dos últimos capítulos, pero no sé cómo empieza, ¿tú lo ves normal?, yo noooooo, jaja (pero los leeré).

    Besos, guapa.

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  5. Igual que María he leido los dos últimos y estoy intrigada en lo que terminará ese viaje tan bién narrado y con la información de Anónimo se redondea. Abrazos Martha.

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  6. Dentro de la sencillez del relato y de lo ameno de la trama, se descubre un desarrollo de la historia que puede desembocar en una trivial situación que no conlleva mas que un espíritu de amistad y compañerismo de viaje. Por ahora.
    La autora narra con enganche la historia, calculo que también desde su sencillez.

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  7. Hola Inés, siento mucho que por mi causa hayamos perdido contacto, aquí estoy de nuevo aunque como siempre corriendo.


    Si puedes pásate por mi blog,EL JUEVES doy el premio por mis 1000 amigos y dedico mi post a una poeta que admiro y quiero,Alma Mateos Taborda, con vídeo de mi poesía
    Te espero
    Con ternura
    Sor.Cecilia

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  8. Gracias, eres encantadora, mi blog está desbordado, tendré que colgar un letrero que diga
    «No se admiten más seguidores, el Parking está completo» jaja!!
    Te espero mañana
    Un beso
    Sor.Cecilia

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  9. Ya me he leído el principio, así que venga guapa a darle a la tecla que ya estoy con el mono.

    Besos

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  10. Querida amiga, nos tienes en ascuas esperando la continuaciñón del relato.
    Amigoso lectores, anímense y pidan Inés que continue, estamos todos expectantes.
    ¿No es verdad?
    Un saludo afectuoso.
    Salvador

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