26.10.10

* Soneto inesperado *




Soneto


Llegaste, inesperada, hasta mi espejo

y en el azogue de su brillo frío

sentí latir tu corazón. Y el mío

se encendió de color por tu reflejo.

El sentimiento confluyó parejo

y en la esperanza nueva de mi estío

se fundieron las gotas de rocío

que ya me acompañaban en cortejo.

Pero tu imagen se asomó a la luna

del bruñido cristal. Y vi quien eres:

rubí de mis desvelos y laguna

en donde nadan libres pareceres.

Y te has quedado aquí, como ninguna,

trocando brumas en amaneceres.

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