31.10.10

* Si me lees...*

El día de hoy se presenta ante mí, vigoroso, joven y prometedor.
Me adelanté a los rayos juguetones, que me invitan a evitarlos, apenas despuntan por el horizonte, invadiendo la noche, que resultó plácida y reparadora.
Sin razón aparente, me desperté de súbito, algo rompió el sueño en el que estaba y no remoloneé, con los ojos cerrados, como otros días.
La mañana es más fresca que la de ayer, eso me anima a aprovecharla, con mis energías renovadas y mis planes sencillos.
Cada mañana algo me despierta y hoy eran los gorriones, de nuevo, que mantenían una trifulca, supongo que de enamorados, mientras volaban alocadamente.
Conozco bien lo que dicen y sonrío, mientras les echo sus migas troceadas con mimo, apenas humedecidas, por si les acucia la sed.
Miro a mi alrededor silencioso, un espacio inundado por la luz de la mañana, roto por los gorjeos de mis gorriones pintos y con una jerarquía curiosa, mientras tomo despacio, mi café recién hecho.
Me acerco a la ventana, franqueada por rejas de forja torneada, despacio sin asustarlos, mientras el árbol que los cobija de noche, recibe ya al majestuoso sol, por su frondosa copa.
Corre una ligera brisa, que cimbrea sus ramas verdes, como el trigo verde.
Algunos pájaros distintos, siguen esperando, pacientes, a que los míos se sacien y picotear los restos del ágape.
Hay para todos, los unos y los otros, todos lo saben, por eso vuelven, siempre.
Me inspiran ternura, me hacen compañía, me reclaman y tienen un sitio preferente,en mis mañanas tibias.
Con un suspiro quedo, les despido por este rato, la vida apremia y hay mucho que hacer.


No sé si decidirme por un vestido de flores, para vestirme o algo liso y fresco que me dé comodidad para recoger la casa.
Las flores siempre me gustaron, estampadas en tejidos suaves, dibujadas en papel y nacidas en la tierra, creciendo hermosas, con fragancias inimaginables, dignas del mejor perfume de mujer.
Mi flor predilecta es la violeta, por su suave fragancia y por su color que prefiero.
Me llama mucho la atención la rosa azul, por distinta y me gustaría, algún día recibirla como regalo especial, de muy alguien que me quiera.
Para mi jarrón, uno sólo, de flores contrahechas, que son parecidas y no mueren, como las naturales, en la madre tierra.

Me siento bien y serena, enmedio del silencio que me acompaña ahora mismo y me gusta.
Adoro este tiempo de sosiego y escribo para tí, que me lees, esmerando mis renglones.
Porque tú te lo mereces, desde tu lado y con tu mirada serena, paseas tus ojos en un tiempo de mí misma, Inesperada.

Buenos días y un beso de flores, con mi sonrisa de amiga.

1 comentario:

  1. ¿Ves? en cada relato desnudas tu alma, haces que poco a poco te conozca mucho más.Es un placer leerte , pasear por tus sentimientos,volar con tus susurros y anidarse en tu alma. Solo una mujer con tu delicadeza es capaz de expresar cualquier sentimiento dándole una belleza sin par. Sigue así Inés

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